Tú escribes. De las cosas que ya existen. Pero ellos dicen que estás inventando. Te callas. Igual que una red lanzada por pescadores furtivos. Como un ángel que sabe lo que la noche traerá. Y viajas. Olvidas, para poder regresar. Escribes, y no quieres recordar la piedra, el mar, tampoco a los creyentes que duermen con las manos separadas. “El que escribe”, Nikola Madzirov.