Escrito en forma autobiográfica, que sin ser una joya literaria, se lee de un tirón, es un libro que me ha hecho reír y soltar más de una lagrimita. Me ha faltado alguna que otra foto, sobre todo de Juan Salvado, le hubiera dado un valor extra, pero para ser un escritor del que no sabía nada, y que encontré en ebiblio, ha sido una grata sorpresa. Desde la época en la que sucede, algo se ha progresado en cuestiones de medio ambiente, aunque creo que no lo suficiente, lo que se plasma claramente en el escrito. Lo mejor, las “conversaciones” de Juan Salvado. Nunca he tenido pingüino (aún), pero mis perros, gatos, conejos… siempre me han hablado con la mirada, supongo que no será muy distinto. Me ha gustado, tal vez por no tener expectativas, lo recomiendo, como curiosidad, merece la pena leerlo.
La transformación se produjo en el momento en que empecé a aclarar el detergente, como si hubiera entendido de golpe que mi intención no era asesinarlo, sino despojarlo del repugnante petróleo".