Aquí me quedo amor, entre barrotes, jaula de oro, tan llena de cristales que me punzan la carne, malherida por espiga y laureadas amapolas. Ay de mis noches, noches como espada juguetonas caricias tan subidas de almas que se aman y desbacan y alocadamente deslizan por las sábanas sus cuerpos lacerados, sudorosos, locos, locos de amor, casi animales. Bello animal semejan tus espaldas, tus cabellos que arranco con mis manos. cuando siento tu empuje floreciéndome.