LEYENDAS NEGRAS T-2

Este compendio de pequeñas novelas o relatos cortos realmente sale de un libro mucho mayor en su edición original. Desconozco los motivos que llevaron a que su edición española dentro de la colección de Terry Pratchett publicada por Altaya dejara escapar los relatos de Stephen King o Robert Jordan que estaban en el original, siendo pesos pesados de la literatura fantástica. En cuanto a la calidad de las obras, como suele ocurrir en este tipo de recopilaciones con diferentes autores, es irregular. Y no sé si es por un prejuicio o predisposición por los autores que conozco o ya he leído, pero en mi opinión, los relatos de Pratchett y George R. R. Martin están muy por encima del resto. Voy a mencionar sus historias según el orden por el que más me han gustado. “El caballero errante, un relato de los Siete Reinos” de George R.R. Martin es sencillamente sensacional. Atrapa como ninguno, emocionante y tenso, resume perfectamente el mejor momento de Martin, cuando sus tramas no languidecían y su saga sobre los Siete Reinos iba a constar de 4 libros y no de 7 u 8. La historia “El mar y los pececitos” de Terry Pratchett es una gozada. Con su humor tan particular nada tiene que ver con el resto de novelas cortas que hay en el libro. Podremos disfrutar de las personalidades tan bien construidas de Yaya Ceravieja y Tata Ogg en una escena tan cotidiana como diferente. “Libélula y dragón” de Ursula K. Le Guin no está mal. Bien escrita, con un argumento llamativo y buenas reivindicaciones feministas dentro de los anticuados cánones de la fantasía. Interesante. “El hombre en llamas” de Tad Williams, “El chico de la leña, un cuento de la Guerra de la Brecha” de Raymond E. Feist y “El séptimo sepulcro” de Robert Silverberg completan este libro. Y son los relatos que menos o nada me han gustado. Hay que tener en cuenta que cada uno de ellos pertenece a la saga propia creada por sus respectivos autores y, pese a que al principio de cada relato tenemos un pequeño resumen de la saga, sus tramas no me han resultado nada llamativas o interesantes. No están mal escritas, pero mi desinterés ha ayudado al aburrimiento.