Sinopsis de LEONORA

Una mujer indomable, un espíritu rebelde... una leyenda. Una de esas novelas que uno, simplemente, no puede perderse. Estaba destinada a crecer como una rica heredera, pero desde pequeña supo que era diferente, que su capacidad de ver lo que otros no veían la convertía en especial. Desafió las convenciones sociales y rompió cualquier atadura religiosa o ideológica para conquistar su derecho a ser una mujer libre, personal y artísticamente. Leonora Carrington es hoy una leyenda, la más importante pintora surrealista.

6 reseñas sobre el libro LEONORA

Un libro que nos acerca a la vida de Leonora Carrington, en esta biografía novelada sobre la gran artista inglesa, rebelde, irreverente, amante de los animales, pintora surrealista, escultora, escritora, una vida apasionante y relacionada con todos los grandes artistas del momento, de las vanguardias, primero en París, después en nueva York y en México, donde muere como una gran artista libre y reivindicada como mexicana. La autora fue amiga de Leonora y con ella compartió en México momentos, entrevistas, conversaciones y también su cotidianidad, para realizar esta obra, donde nos cuenta la vida de una de las más importantes artistas del surrealismo. Está escrito en tercera persona y dividido en 56 capítulos muy breves pero que contienen toda una vida, la de la gran artista. Pasó su infancia y adolescencia en Inglaterra, en una familia de clase alta, pero en el momento en que descubrió el surrealismo en París, se sintió tan atraída por el movimiento y sus creadores, que empezó a vivir de forma pasional, después llegaría a Madrid y Santander, y allí sí conoció su calvario, la locura y el manicomio hasta su liberación, para llegar a New York, donde se reencontró de nuevo con el surrealismo y también con la felicidad. Y finalmente, hasta su establecimiento definitivo en México donde encontró los colores y donde desarrolló sus visiones y obsesiones que vertió en su gran obra pictórica, tan rica y sugerente, así como en su creación literaria. Diálogos sencillos, de fácil lectura que he leído muy rápido por mi interés hacia la pintora y hacia todos los grupos de artistas, fotógrafos, arquitectos, poetas, escritores y mecenas que se relacionaron con Leonora. Una gran mujer y una gran artista de una mente creativa excepcional, aunque es mucho menos conocida y reconocida que sus compañeros, y junto a ella, también he descubierto otras mujeres artistas muy interesantes como Remedios Varo, otra gran excepcional pintora, la fotógrafa Kati Horna, Alice Rahon, pintora surrealista y también prácticamente desconocidas. A partir de aquí indago sobre su obra, la he buscado y verdaderamente es admirable, me ha gustado muchísimo. Sus cuadros son extraordinarios, son geniales y singulares, nos muestran su gran universo de fantasía y surrealismo, además nos comparte el dramatismo de su época y de su vida. También fue escritora y he conseguido algunas de sus novelas, aunque estas no las he leído todavía, de lo que sí he disfrutado , y mucho, ha sido de sus increíbles y personales cuadros. Vivió una historia de amor con Max Ernst y se relacionó con Breton, Picasso, Duchamp, Éluard, Dalí… Cuando comienza la guerra y Max es detenido, Leonora es confinada en un manicomio en Santander, que pudo escapar con ayuda y de la mano de Peggy Guggenheim que admiraba su obra. Más tarde, se instaló definitivamente en Mexico, casándose finalmente con el húngaro y fotógrafo, amigo de Robert Capa, Emerico Weisz, con el que tuvo dos hijos y allí culminó su obra. Impresionante y maravillosa obra. Es visitada y admirada por grandes artistas. Me gusta ella, su trabajo y su forma de vida, cuyo interés está en Leonora Carrington y su excelente obra. Toda una aventura que he disfrutado.


Este libro cuenta la vida de Leonora Carrington, una de los máximos exponentes del arte surrealista, escultora, pintora y escenógrafa. Leonora nace en el seno de una rica familia británica y desde pequeña supo que era diferente rebelándose y desafiando a sus padres, se aleja de las convenciones sociales de ese momento lo que supone romper con toda religión e ideología para reclamar el título de mujer libre tanto en lo personal como en su arte. Esta lectura no puede calificarse ni como novela ni como biografía, más bien es la interpretación que Elena Poniatowska hace de toda la información recopilada sobre Leonora y por ello a veces te asfixia con tantos datos llegando a saturar la lectura pero no deja de ser interesante.


una mujer autentica, cuantas personas pueden decir hare lo que me gusta, sere como soy, y no como lo ponga la sociedad y mis padres, es una obra maestra


Hermosa historia de vida


Un libro súper interesante


La periodista y escritora parisino-mexicana Elena Poniatowska, recientemente galardonada con el Premio Cervantes al conjunto de su obra, escribió en 2011 esta excelente biografía de la pintora y también escritora Leonora Carrington, una mujer tan adelantada a su tiempo y tan progresista en sus comportamientos y pensamientos que pasó por rara, extraña y excéntrica entre sus contemporáneos. Un genio que, como casi todos, acaba sintiéndose incomprendido por una población incapaz de llegar a entender un universo intelectual y personal tan diferente al suyo. Hija de Harold Carrington, propietario de Imperial Chemical Industries, fue educada - o eso intentó su familia - para crecer como una rica heredera. Sin embargo, desde bien pequeña, el carácter rebelde de la menor de cuatro hermanos - tuvo tres hermanos mayores, todos ellos varones - hizo ver que su destino sería diferente al preestablecido. Desafió esa vida fácil pero a la vez encorsetada de la Inglaterra de principios de siglo XX para luchar por la libertad personal y artística. Ante todo, y quizás debido a la educación recibida, diferente a la observada por ella respecto a sus tres hermanos mayores, Leonora fue una gran defensora de la causa feminista. Entendida esta en el buen sentido de la palabra. No obstante, su vida no fue nada fácil. Desde jovencita su familia trató de domar su carácter, por lo que fue internada en diversos correccionales religiosos. De nada sirvió. De todos ellos acabó siendo expulsada por su rebeldía. Sin duda, tenía bien claro el camino que debía seguir su vida y no iba a dejar que nada ni nadie, incluidos sus padres, la desviaran de él. A los 19 años, ingresó en una academia de arte de Londres. Al año siguiente conoció a Max Ernst, quien la volvió loca de amor y la introdujo en el círculo surrealista de París. En la capital francesa se relacionó con maestros de la talla de Miró, Dalí, Picasso, Éluard o Bretón. Fue el comienzo de la carrera de la que, con el tiempo, se convertiría en la mejor pintora surrealista. Por desgracia, el destino quiso que el nazismo y el comienzo de la II Guerra Mundial la sorprendiera en Francia, en Saint Martin d´Ardèche, de donde tuvo que huir a toda prisa. El internamiento de su amante y mentor, Max Ernst, en varios campos de concentración marcó sus siguientes años - y, con toda probabilidad, el resto de su vida - ya que su locura provocó que fuera internada en un sanatorio de Santander durante más de un año. Las abominables sesiones de Cardiazol a las que fue sometida para atemperar sus desquiciados ánimos también tendrían claras consecuencias en su carrera artística. Logró escapar de Santander y se refugió en la embajada mexicana de Lisboa, donde conoció a Renato Leduc, quien la ayudó a llegar a Estados Unidos y a México. Leduc fue el segundo amor de su vida. Y su primer marido. En México se relacionó con personajes de la talla de Octavio Paz, Alejandro Jodorowski, Diego Rivera, Frida Kahlo o Remedios Varo. No obstante, en la vida y en la cama de Leonora hubo más hombres. Los cuales nunca le hicieron olvidar a Ernst, el amor de su vida. El siguiente fue el fotógrafo húngaro exiliado Imre Emerico Weisz, apodado Chiki, con quien tendría dos hijos, Gabriel y Pablo. La historia del fotógrafo resulta también estremecedora. Sobre todo al narrar su amistad con Robert Capa, su colega más famoso, sin duda, y las vicisitudes vividas por ambos en las distintas contiendas europeas y mundiales de la época. También a Chiki dejó Leonora. Y, como suele pasar en la vida de tantas personas que tienen tantos amores a lo largo de su vida, también la Carrington acabaría sus días en soledad. Una soledad que, sin embargo, la había acompañado durante toda su vida. Como ella misma decía siempre, es esa soledad la clave de sus obras, tanto literarias como artísticas. Sin ella, nada habría sido igual. He de ser sincero. La obra de Poniatowska es en algunos momentos algo dura de digerir. Es uno de esos libros en los que se encuentran algunos parajes en los que es fácil confundirse y perder el hilo narrativo. Se avanza en la lectura con lentitud. Y a veces hasta se hace largo. No es esa clase de libros que da pena terminar de leer. No obstante, su interés es altísimo. Y su lectura, recomendable para los amantes del arte en general y del surrealismo en particular. Y, por supuesto, para aquellas personas interesadas en conocer la psicología de esta auténtica luchadora de la vida y de la libertad en el más amplio sentido de la palabra. Por encima de todo, Leonora amó la vida y todo lo que ella conlleva. Y su arte ahí está y estará...


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