Julián mercader es un hombre sumido en los abismos de una pasión: el deseo por su hija Violeta. En esta novela, la autora hace que el lector nade en las tinieblas de los deseos clandestinos
📚 Una novela tan difícil de reseñar como de leer. Incómoda y atractiva a la vez, nos permite asomarnos a lo prohibido y ver un deseo que espanta. 📖 ¿Cómo vivir la pulsión que no está permitida? ¿Qué hacer para satisfacer la pasión? ¿Con qué olor, color y forma se muestra la perversión? Desde la metáfora virginal de las flores hasta la mente oscura de un depredador que busca satisfacción, esta historia perturba, molesta, atrapa y obliga a llegar al final. 📖 Corta como un mazazo, irritante y molesta pero, a la vez, interesante y atractiva como cuando nos muestran una herida infectada que no podemos dejar de mirar. ¡Muy buena!
¿Para qué leer las violetas son flores del deseo? 1. Por que es una historia que te explica la fuerza de los deseos, de como cada uno puede dejarse corromper por ellos y hacer cosas bestiales. 2. La potencia de la mirada puede generar no sólo el conocimiento de la persona, sino también la violación de un cuerpo y un alma. Esta idea la tiene muy bien marcada y desarrollada la novela. 3. La voz de nuestro protagonista es coherente conforme va avanzando en la edad, pasa de la inocencia, al deseo hormonal, de la avaricia al medio de la muerte. 4. Me gusto mucho la analogía de las muñecas violetas como ese hecho de la trata de personas, las parafilias de los pederastas y el castigo hacia ellos. Lo malo: Sentía que daba muchas vueltas la trama y no aterrizaba el climax. El final se me hizo demasiado flojo y muy cuesta arriba, tuve que releer muchos capítulos para entender los mensajes ocultos de la autora.