A diferencia de muchas novelas, ninguno de los personajes e incidentes de este libro son imaginarios. El lector que no encuentre suficiente interés amoroso en él, tiene la libertad de insertar los sentimientos amorosos que él o ella experimente durante la lectura. El autor ha intentado escribir un libro absolutamente verídico, para comprobar si el aspecto de un país y el curso de los acontecimientos de un mes de actividad, presentados con sinceridad, pueden competir con una obra de imaginación.En estas páginas hay mucho más que un relato apasionante de cacerías en las selvas africanas, más que un deslumbrante safari, más que la revelación de un mundo hecho a la medida de la indomable tensión de Hemingway...
Con su estilo imparable de siempre, nos vamos de caza con Hemingway en 1933. León, león, rinoceronte, búfalo, kudu, kudu. Cuatro capítulos que sirven para recomendar autores, acampar en Kenia, oler el dulce aroma del tomillo después de la lluvia y tocar el claxon de regreso. Un diario imperdible de caza mayor en primera persona.