LAS TIERRAS BALDIAS (LA TORRE OSCURA #3)

🤯 Vamos de menos a más con esta saga .. King va aumentando la emoción en cada libro!! 🤸‍♀️... Aquí los pistoleros siguen su camino rumbo a la torre oscura y el escritor nos ha dado más acción, suspenso, personajes repugnante, animales asombrosos y ciudades nuevas. La narración de esta aventura estuvo impresionante!! El final te deja con muchas dudas y con ansias de seguir leyendo para saber que va suceder... No quisiera haber leído estos libros cuando fueron publicados originalmente, que suspenso quedarte en el aire esperando que el escritor se dignara a escribir el siguiente y King tardo 6 años en escribir el cuarto.... 😵🥴 Así que sigo con esta emocionante aventura rumbo a la torre oscura!! 🏃‍♀️

Las tierras baldías Tercer libro de la serie de La Torre oscura en el que Roland sigue formando su "equipo" . El pistolero aprovecha para ir instruyendo en el arte de los antiguos pistoleros a Susannah y Eddie, que fueron invocados en el libro anterior y al mismo tiempo informando a sus amigos de su pasado y la misión que tiene de llegar a la torre oscura. Nuevas aventuras en la búsqueda de el camino de la torre, encuentros con seres medio animal medio robots, continuos peligros y sobresaltos con personajes y "cosas" cada cual más peculiar sacados de la imaginación de King. Quizás sea en este episodio cuando empieza de verdad el camino hacia la Torre oscura. Después de completar el equipo con el que faltaba, en la segunda mitad del libro la acción sube de nivel poniendo a cada personaje en aprietos. No queda otra que seguir hacía la Torre.

Simplemente...sensacional!! 🤩

Tercer libro de esta saga, que cada vez cautiva más y a la vez deja preguntas sin respuesta, las que se irán respondiendo solas camino a la torre! La historia narra la unión final del ka-tet, trayendo a Jake de NY a Mundo Medio, en donde pasarán una serie de desafíos para llegar finalmente gracias a Blaine (si es que llegan 👀), a las tierras baldías.

LAS TIERRAS BALDIAS PARTE 2> Pasar de un mundo a otro es un acto muy traumático, siempre ocurren fenómenos extraños, tanto a nivel físico como espiritual, y es lo que sucede cuando Jake Chambers cruza hacia la línea temporal del Pistolero, una escena familiar, muy parecida a la de “It”, con los perdedores atrapados en la casa abandonada de Niebolt Street; solo que para nuestro caso, el chico usa como portal la Mansión de la Calle Rhinehold en Dutch Hill, Nueva York, que de un momento a otro cobra vida, causando serias dificultades a toda la comunidad de la Torre que para rescatar o traer al niño, debe correr contra el reloj y ofrecer a Detta Walker como juguete sexual del demonio que guarda el camino. El Pistolero, Jake, Eddie y Susannah siguen la ruta que traza el Haz rumbo a la temible ciudad de Lud, la otra faz de Nueva York en el Mundo Medio, ciudad en ruinas, dominada por los remanentes de una civilización hundida en la barbarie y la podredumbre; pero no se van solos porque, para decirlo del modo correcto, Jake es encontrado por un bilibrambo que ingresa al ka-tet como la mascota del niño, Acho es su nombre y su don especial, aparte de la fidelidad a prueba de todo, es repetir las últimas sílabas de cada palabra que oye; este ser incongruente con rasgos de mapache o de perro y hasta de felino (así lo quiero creer), le pone al relato cierto aire de ternura e inclusive de alegría, al llenar con su presencia la soledad del chico alejado del mundo y del hogar que lo vieron crecer. Cuando Acho aparece en escena no dejo de pensar en nuestras mascotas peludas, mucho de ellos vive dentro de la criatura fantástica tan afectuosa y necesitada de amor que casi parece real. El ka-tet avanza a contracorriente del mundo que se ha movido, los ancianos de Paso del Río los acogen, le presentan sus respetos al pistolero, a la vieja tradición de orden y de honor que con él persiste como testimonio vivo de las baronías en sus tiempos de gloria; el consejo de los viejos les dice hacia dónde seguir: Lud, su decadencia y la de sus gentes enfermas les acechan traicioneros: los pubis que habitan la superficie viven para matar a los grises que se esconden bajo tierra, a semejanza de las especies que ya viera otro viajero del tiempo en la páginas de Wells. El ka los lleva hacia la ciudad gobernada por la inteligencia artificial que desarrollaron los Antiguos, una inteligencia que opera a Blaine el Mono, el último sistema de comunicación terrestre que duerme el sueño de la ruina entre los vestigios de una era tecnológica venida a menos. La salida de este laberinto a bordo de Blaine el Mono me hizo recordar algunas escenas del Hobbit donde las adivinanzas son la clave del destino; el Pistolero, con la ayuda de Acho y del ka-tet, cumple su promesa de no dejar caer nuevamente a Jake; la compañía ve arder la ciudad de Lud bajo la niebla de la muerte, apostando a todo o nada en un juego de acertijos. Mientras ellos cruzan los valles del horror, aparecen otra vez las incertidumbres que marcan cada eslabón en esta cadena: es bien poco, a fin de cuentas, lo que sabemos de Roland Deschain, su pasado y sus motivos para ir a la Torre Oscura; continuamos en la búsqueda de una explicación posible respecto a los Grandes Antiguos y su obra; nos movemos, pero no a la velocidad del Mundo Medio, cuyo misterio crece con cada palabra que vierte el señor King en las páginas que se multiplican. Quizá esta escritura de largo aliento, tan llena de matices y vueltas de tuerca es la fórmula para asegurar el éxito comercial de la saga, es verdad que se trata de literatura de evasión al cien por ciento: aquí no hay otras pretensiones formales que la eficacia del relato y su ataque directo a las emociones del lector; algunos críticos muy autorizados como Harold Bloom dijeron que la obra de Stephen King no pasa de ser un mecanismo de fuga artificioso y ligero, sin mayores desafíos para el lenguaje. Frente a esto se podría contestarles: ¿En las circunstancias actuales quién no desea escaparse de la realidad mientras el mundo se mueve? ¿Qué tiene de malo soñar despierto con una lectura? ¿La palabra no es acaso cifra y magia para la libertad? ¿Acaso habéis olvidado el rostro de vuestro padre?

La imaginación de King me sigue sorprendiendo con cada nuevo libro que leo. Es el mejor de la saga hasta ahora, con un final que invita a seguir leyendo. Anímense a esta saga es distinta a cualquier otra saga fantástica que exista.

El bitibrambo, se lleva los reflectores, toda la construccion, a fin de soportarel viaje hacia la torre oscura se vuelve una mescolanza de aventuras inimaginables, la historia alterna me encanto, y el tren parlante, la tecnologia avasallada, buen punto

LAS TIERRAS BALDIAS PARTE 1> Stephen King viene contando a través de la Torre Oscura, una de las mejores historias de ficción, misterio y aventura que se han escrito: el tercer volumen, Las Tierras Baldías, es otro paso en el épico viaje de Roland de Gilead hacia el centro del mal en un mundo que se ha movido, el héroe tiene su propia compañía para esta empresa: Eddie Dean, el Prisionero, Odetta Susannah Holmes y Detta Walker, que coexisten en Susannah Dean, llamada la Dama de Las Sombras, alternando sus personalidades de acuerdo a las circunstancias. Roland los entrena y les enseña a disparar con la mente, para que no olviden el rostro de sus padres cuando tengan que matar, así, conforme el relato avanza, surgen entre todos ellos verdaderos lazos de amistad y, también de amor entre Eddie y Susannah. Es imposible no relacionar esta singular compañía de búsqueda con la comunidad del anillo que viaja hacia las tierras oscuras de Mordor en las obras de Tolkien, no en vano el Señor de los Anillos, según dijo Stephen King, fue uno de sus referentes para escribir la saga del Pistolero. Aunque en el libro aparecen similitudes evidentes con la alta fantasía del maestro Tolkien como la que indico, el lector no puede olvidarse de que estamos en el mundo del señor King, un lugar con sus propias reglas y características; la más importante es la intervención fundamental de la tecnología en el relato de King: el Pistolero y sus amigos encuentran a Shardik el Oso, uno de los Doce Guardianes creado por los Grandes Antiguos para custodiar los portales y los haces que llevan a la Decimotercera Puerta que gobierna todos los mundos, donde se alza la Torre Oscura; resulta que este Oso gigantesco no es orgánico, es una especie de bio-ciborg animal, fabricado por North Central Positronics LTD., que funciona con baterías de energía subnuclear. A través del haz custodiado por el ser, el grupo da con el camino a seguir para llegar a destino; conforme van caminando, encuentran más vestigios de esa tecnología de avanzada que imperaba antes de que el Mundo Medio se Moviera, y al parecer, vamos también en busca de los artífices de esa tecnología, que bien pueden ser los mismos que construyeron la Torre Oscura y los demás portales para viajar entre los mundos o los cuándos, tal como yo lo veo. El pistolero vive torturado por los recuerdos de Jake Chambers, porque las dos líneas temporales del niño están en su memoria: en la primera lo dejó caer al abismo, en la segunda logró salvarle la vida, pero ambas realidades persisten en su mente y esa dualidad, esas voces que escucha lo enloquecen, pero el mal espiritual o mental que padece, hace las veces de un llamado para que el chico venga desde nuestro mundo para reunirse con el grupo de la Torre, mecanismo por el cual el personaje vuelve a la vida en la novela. La reunión a la que me refiero se concreta tras un proceso extraño y doloroso, tanto Roland como el niño sufren desajustes vitales en sus cuándos respectivos, hasta que Eddie puede ver la forma de una llave para abrir el portal y Jake puede ver La rosa que señala su ubicación. Llave y Rosa, el segundo capítulo, tal como ya me pasó con otros textos de Stephen King, me trasladó de alguna forma al cuándo (mundo) de mi infancia, la época de los cuentos de hadas, de las revistas y los cómics, que solía leer con verdadera devoción, al igual que Jake Chambers también tuve mi Adivina Adivinanza y mi Charlie el Chu-Chú, la papelería del pueblo y la Librería Juan Pablo Segundo eran mi Restaurante de la Mente de Manhattan, allí iba con mis padres para comprar revistas, novelas o cuentos en ediciones baratas. Debido a estas reminiscencias, éste es el capítulo que más disfruté del tercer volumen, por la evidente referencia a narraciones infantiles como el Mago de Oz y especialmente al Principito, de donde viene aquella relación simbólica entre el niño y la rosa.