LAS RUINAS

Una escalofriante novela de terror, donde cada paso da lugar a situaciones mas escalofriantes y a donde vuelvas la mirada solo encontraras algo peor,

Una novela no apta para estómagos sensibles. El estilo de Smith es directo, sin rodeos y sin tapujos a la hora de describir un cuerpo mutilado o una fractura, mucho menos la de una muerte. La premisa es original, y el desarrollo y el final te mantienen al filo, en verdad esperas que los personajes salgan vivos, ya no sólo por la clásica idea de ´´los buenos siempre ganan´´ o por una buena construcción de personajes, sino por querer que el mal pierda y los protagonistas ya no sufran. Ahí radica lo genial de esta obra, en el proceso y el final que te deja sin aliento y con una gran inquietud. Por otro lado, el nivel descriptivo me parece el adecuado, no cae en lo grotesco o gore, es descriptivo pero no en exceso como para que no sigas leyendo; te produce escalofríos y deja que cale hondo esa sensación y luego cambia a otro tema para, posteriormente, volver a provocar sensaciones similares. Insisto, si tienes un estómago fuerte, es tu novela.

¡Increíble! Solo así puedo definir esta lectura. Creo firmemente que este es el libro ideal para cualquier amante del horror y el misterio. No es que la historia sea muy compleja, pero si es muy original y plagada de una tensión enorme. Aunque aclaro que lo interesante de la trama ocurre después de las primeras 150 páginas, por lo que si no tienen una referencia previa de este libro muchos lectores podrían abandonarlo antes de llegar a lo interesante de la historia. Dicho esto, les platico lo que más me gusto de este libro. Para empezar, amo las historias de horror protagonizadas por jóvenes, por que indudablemente sabes que alguien (o varios) terminara muerto. Segundo: La trama en si es muy buena, nos presenta una maldad antigua que ha sobrevivido cientos de años adaptándose para ser un cazador eficaz. Tercero: cada una de las muertes que ocurren en este libro es increíble y aterradora, yo realmente logre meterme en la piel de cada personaje y sentir su miedo, su terror y desesperación. Y fueron estas sensaciones las que me mantuvieron enganchada a la historia de principio a fin. Aunque sin duda lo mejor de esta historia es la forma en que el escritor nos fue adentrando en el misterio que rodea a las ruinas y los mayas, literal no paras de leer hasta que entiendes que es lo que está pasando. Además, les platico que este libro tiene una adaptación a la pantalla grande, que, es muy fiel, aunque los acontecimientos les ocurren a personajes diferentes la trama esencial de la historia se mantiene, por lo que también recomiendo que la vean. Y antes de irme les platico que si han leído el libro “hasta los huesos” de J.R Johansson les encantara este libro. ♦PUEDEN VER MI VIDEO DE YOUTUBE DONDE HABLO MAS DE ESTE LIBRO AQUÍ: https://youtu.be/IsmO8_hiRxE♦

Una buena historia, para morbosos vale decir . Me gusto el ritmo de desarrollo de la historia , y aun mas el desenlace.

Hay libros que producen sensaciones físicas. Algunos marean, otros exasperan y otros dan placer. No hablo en sentido figurado, sino de reacciones físicas concretas. Me ha pasado de leer libros muy aburridos que me generaron un estado de nerviosismo (cercano a la ira) muy concreto. Bueno, LAS RUINAS (THE RUINS), de Scott Smith, me produjo, también, una sensación específica: asfixia. A medida que avanzaba en la lectura, sentía que me ahogaba, que incluso llegaba a desesperarme. El miedo, a veces, produce cosas como ésas. Es algo que no me suele pasar mucho con las historias, así que le agradezco a Smith por lo que hizo. LAS RUINAS cuenta la historia de Jeff, Amy, Eric y Stacy, un grupo de amigos norteamericanos que van de vacaciones a México, en donde conocen a Mathias (un joven alemán que había viajado con su hermano) y a un grupo de griegos que se hacen llamar Pablo, Juan y Don Quijote. Luego de que Mathias relata cómo su hermano lo abandonó en pleno Cancún para ir detrás de una mujer arqueóloga de la que se había enamorado, Jeff le ofrece ir en su búsqueda. Amy, Stacy y Eric aceptan a regañadientes y Pablo, dado que no habla ni una palabra en inglés, se les une sin saber muy bien para qué. El terror comienza una vez que los jóvenes encuentran el campamento de los arqueólogos, instalado en una colina cubierta por una extraña planta de flores rojas. El problema es que la planta no es una planta común, sino una especie sin igual, asesina, inteligente e implacable, que es custodiada por un pequeño pueblo de descendientes mayas. Hay una pequeña línea que divide la planta del resto del mundo, y una vez que se pasa del otro lado, los mayas se encargan de que no haya vuelta atrás. De un lado, los nativos con sus armas, del otro, la planta con su apetito voraz. Y allí, los jóvenes, haciendo lo posible por sobrevivir. La novela está muy buena. El hecho de que no esté dividida en capítulos (sólo está separada por espacios en blanco que más que dividir la historia permite continuar la misma según la visión de los distintos personajes americanos) contribuye a esa sensación de asfixia. No hay respiro. La historia sigue y sigue sin descanso, en una carrera que no tiene ninguna vuelta atrás. De no haber tenido otras obligaciones, hubiese leído las cuatrocientas páginas de un tirón (aunque, bueno, las leí en dos tirones). Es realmente interesante lo que consiguió este autor con un grupo de personajes y un solo escenario. La desesperación de los jóvenes es contagiosa y nos obliga a preguntarnos qué haríamos nosotros en una situación similar. Por primera vez en mi vida, tuve la sensación de que sería capaz de suicidarme. De estar en el lugar de esos muchachos, creo que sería lo único que podría hacer. Supongo que es otra cosa que debería agradecerle a Smith. Por último, después de leer el libro me senté a ver la película. No suelo hacer eso, pero como la adaptación y el guión estuvieron a cargo de Scott Smith decidí hacer la prueba. Sin lugar a dudas cometí un error. La película simplifica la historia hasta el extremo: se reduce la presencia de un personaje y lo que en la novela hacen unos, en la película lo hacen otros. El final, por supuesto, es distinto (más acorde con lo que se espera de una película de Hollywood) y la asfixia que antes mencioné desaparece por completo.