LAS RATAS

Lo que hoy nos parecería una vida cercana a lo salvaje, Delibes lo plasma de una forma tan natural, que hasta la miseria, la pobreza , la tragedia y sobre todo los modos tan especiales de proceder de sus personajes parecen ir de la mano con el devenir de la vida. Es una novela que contiene un vocabulario que enriquece mucho, pero que sin llegar al hartazgo, no me ha quedado otra que consultar varias veces la RAE. Mis conocimientos de la vida rural no son mi fuerte, y el léxico empleado tantas veces por Delibes, a ratos me ha desbordado. Pero aquí no es Delibes quien inventa o rebusca el léxico para deleite propio, sino el lenguaje que, tal vez un poco ya en desuso, se usaba hasta no hace tantos decenios en Castilla. La novela transcurre en los años 50 del reciente pasado siglo, donde las gentes de campo, pequeños pueblos y aldeas de Castilla, vivían más de los refraneros y santorales que de estaciones o meses. El personaje principal de la novela es Nini, un niño de apenas diez años que vive en una cueva en las afueras de un pequeño pueblo castellano con su progenitor el tío Ratero. Ambos se dedican para subsistir a la caza de ratas de agua para consumo propio, pero también aldeanos del pueblo aprovechan la escasez y compran miserable caza. Nini tiene, a pesar de su corta de edad, una inteligencia sobrenatural para todo lo que se refiere al campo. Sabe de antemano en qué momento se debe cosechar, cuándo se acercaran lluvias o fuertes rachas de viento, entiende como nadie los animales, y es una fuente de consulta para la gente del pueblo. A pesar de que nos puede parecer escabroso por el hecho que antes mencione sobre las ratas, el libro no tiene nada de morboso. El autor lo hace todo tan natural, que hasta "parece" normal. El libro en sí parece el preámbulo a lo que se llama hoy "la España vaciada", pero ¿quién en una época de posguerra y una vida rural empobrecida y olvidada por la autoridades, no quiso escapar de la miseria?

Delibes, un maestro en el arte de la descripción de paisajes y personas, nos regala la historia de un niño huérfano, el nini, y su tío y tutor, el ratero. Ambos se dedican a buscarse la vida en un pueblecito pequeño de Castilla de los años cincuenta. Entre otras cosas cazan ratas para sobrevivir. El nini es un portento de niño que se ha hecho a sí mismo y que sabe de todo y al que en el pueblo todos preguntan sobre animales, el tiempo y el campo. El autor utiliza un lenguaje a veces complicado, aunque riquísimo, y muestra una enorme sabiduría en todo lo que concierne a la España más rural.

Tendemos a ver, los urbanitas, la vida en el campo como bucólica. Delibes nos da un azote en la cara y con este libro nos muestra una vida dura, abnegada. Pendiente de un cielo en el que nunca llueve a gusto de todos y el sol no es sinónimo de bonanza. Una vida que transcurre entre festividad y festividad, en la misma semejanza en que las nuestras transcurre de hora en hora. Y es que la vida de ellos va marcada por el arado, la siembra, la recolección, la caza, la veda, la migración de las aves, el chirrido de las chicharras y tantas y tantas cosas que nosotros sólo vemos en películas o series. Es la España rural de mediados del siglo XX. Un niño, Nini, con un don natural para conocer y entender las cosas naturales, aquellas que no han sido inventadas por el hombre y sí por la naturaleza, nos pasea por esos campos resquebrajado por el sol, o la helada. Sus cerros, su riachuelo, su pequeño pueblo lleno de habitantes singulares. Conocemos al tío Ratero, su padre o su tío, el autor, Delibes, no quiere entrar en este lío. El oficio del tío Ratero es el de cazar ratas. Las ratas es un alimento en esa España de hambruna y no las veamos cómo las que conviven con nosotros en nuestras cloacas. Son ratas de campo y tan buenas, o mejor, que las liebres, afirma el señor alcalde. Un excelente libro que leí, por primera vez, de adolescente (nunca agradeceré lo bastante a mí profesor de literatura por hacerme leer este libro) y que hoy he vuelto a releer.

El Nini y su tío el Ratero sobreviven cazando ratas en el río de un pueblo de Castilla. El dominio del lenguaje y las descripciones son impresionantes.

Delibes era fotógrafo y no lo sabía.. En "Las ratas" hizo innumerables fotos de paisajes y costumbres pero... con las palabras. Siempre recomendable.

Difícil ser objetivo, quizá, cuando un libro te hace sentir tanto. Es simplemente maravilloso. Espectaculares descripciones, entrañables personajes, espacio y tiempo impactantemente palpable y una sensibilidad única para darle vida al pueblo. Muy corto, y quizá demasiado...no quería terminarlo nunca. Es mi primera experiencia con Delibes, y puede que exagere y peque de inexperto, pero es de lo mejor que he leído en mucho tiempo. No será lo último en conocer de tu conciencia, Miguel. Posdata seria: Un poco complejo de asir su lenguaje en un principio, sobre todo si es lo primero que se lee de este autor, pero luego de unas páginas se disfruta al máximo (recomiendo leer de corrido y analizar palabras en su contexto; de lo contrario se pierde algo del sabor exquisito de sus palabras). Más allá de todo, lo recomiendo totalmente.

Imposible no relacionar Las ratas de Delibes con Las Hurdes de Buñuel. Realidades españolas que parecen ya superadas pero que en el medio día del siglo pasado, avergonzaban al régimen imperante. Recuerden que Franco prohibió la exhibición de esa película.

Me resultó interesante aunque al mismo tiempo un poco monótono. Aun así lo recomiendo porque te hace pensar en los pequeños pueblos vallisoletanos en aquella época...