Nunca se hará literatura si no se tiene un toque de músico y uno de artista plástico y gráfico. Edmée Pardo es dueña de un registro musical y visual en cada frase, y ésa es una de las razones de que su narrativa se escuche y se mira con nitidez y exactitud: con una nitidez y una exactitud que son como superficies de agua profunda y fluida.