LAS FILIPICAS SOBRE LA CORONA

Sinopsis de LAS FILIPICAS SOBRE LA CORONA

Demóstenes (384 a.C.- 322 a.C.) sintió la vocación de ser orador desde que, siendo muy pequeño, asistiera a un juicio de acusación donde quedó fascinado por la prodigiosa elocuencia del acusado. Su voz débil, entrecortada, balbuciente y de articulación poco clara le valió la mofa y el insulto de sus enemigos que se referían a él con el mote de 'Bátala' o 'Tartaja'. Sólo un tesón encomiable le hizo ir superando sus defectos a base de durísimos ejercicios propios del más acrisolado ascetismo.En los discursos políticos de Demóstenes salen a relucir su maravillosa habilidad para hablar en público, su actividad política siempre al servicio de sus ideales patrióticos de libertad, autonomía y gloria para Atenas, su peculiar manera de entender el mundo, a la vez que los problemas, conflictos, recursos económicos, carestías, triunfos y fracasos de la Atenas de la segunda mitad del siglo IV a.C., en la que se sitúa su actividad como creador y hombre de estado.