En este nuevo libro de relatos, José Antonio Mases, que nos tenía acostumbrados al empleo de un lenguaje denso, casi tendente a una frondosidad rayana en el barroquismo, da un viraje inesperado a su modo de decir y recurre, sin desdoro de la prosa cuidada que es habitual en él, a un tratamiento estilístico caracterizado por la economía de medios y una sencillez narrativa que, sin embargo, no está desprovista de gran fuerza expresiva y de un comedido lirismo subyacente en los motivos más duros del relato. Una vez más, queda patente el agudo oído del narrador para la captación de la cotidianidad, y de ello da buena prueba el gran repertorio de personajes, repletos de verosimilitud y perfilados con detalles certeramente transcritos. El escenario global de Las estancias provisionales es el ámbito urbano, y los diversos asuntos abordados mantienen un nexo común que fija su mirada en cuanto pertenece a los entresijos de la aventura humana: amor, fracasos, desaires, celos, sacrificios, soledades, emboscadas, esperanzas o asideros inútiles del tiempo que se acaba, todo ello expuesto a lo largo de un conmovedor desfile de existencias heridas por voluntad del destino y que se cruzan o convergen, redimidas en ocasiones y devastadas en otras, siempre a través del paisaje del corazón, el mejor recorrido para entenderlas y participar de su historia particular.