Sinopsis de LAS CHICAS

Un retrato de la fragilidad adolescente y del tormentoso proceso de hacerse adulto. También aborda el tema de la culpa y las decisiones que nos marcarán toda la vida. Y recrea aquellos años de paz y amor, de idealismo hippie, en los que germinaba un lado oscuro, muy oscuro. La autora se inspira libremente en un episodio célebre de la crónica negra americana: la matanza perpetrada por Charles Manson y su clan. Pero lo que le interesa no es la figura del psicópata demoniaco, sino algo mucho más perturbador: aquellas chicas angelicales que cometieron un crimen atroz y sin embargo durante el juicio no perdían la sonrisa? Sobre ellas ?¿qué les llevó a traspasar los límites?, ¿cuáles fueron las consecuencias de unos actos que las perseguirán siempre?? versa esta novela que deslumbra e inquieta. California. Verano de 1969. Evie, una adolescente insegura y solitaria a punto de adentrarse en el incierto mundo de los adultos, se fija en un grupo de chicas en un parque: visten de un modo descuidado, van descalzas y parecen vivir felices y despreocupadas, al margen de las normas. Días después, un encuentro fortuito propiciará que una de esas chicas?Suzanne, unos años mayor que ella?la invite a acompañarlas. Viven en un rancho solitario y forman parte de una comuna que gira alrededor de Russell, músico frustrado, carismático, manipulador, líder, gurú. Fascinada y perpleja, Evie se sumerge en una espiral de drogas psicodélicas y amor libre, de manipulación mental y sexual, que le hará perder el contacto con su familia y con el mundo exterior. Y la deriva de esa comuna que deviene secta dominada por una creciente paranoia desembocará en un acto de violencia bestial, extremo?Esta novela es obra de una debutante que, dada su juventud, ha dejado boquiabierta a la crítica por la inusitada madurez con la que cincela la compleja psicología de sus personajes.

15 reseñas sobre el libro LAS CHICAS

California, agosto de 1969. Un grupo pseudohippie, al que también se le conoció como secta o La familia Manson, cometió uno de los más famosos y atroces asesinatos de la historia de los Estados Unidos. Asesinaron brutalmente a la esposa del director de cine Roman Polanski, que estaba embarazada de ocho meses, y a otras cuatro personas. En este grupo de asesinos que tenía como líder e inspirador intelectual a Charles Manson, también había chicas que apenas llegaban a los veinte años. Emma Cline construye de forma brillante una adaptación libre de una de las chicas que pudo vivir en el rancho-comuna, donde Charles Manson planeo intelectualmente una historia de asesinatos, que conmocionó a los Estados Unidos y al mundo entero, el nueve de agosto de 1969. La novela está narrada transcurridos muchos años después de los hechos y en primera persona por Evie, donde reflexiona sobre aquel verano del 69 cuando tenía catorce años. Una niña entrando en el mundo adolescente y de clase media, con unos padres recién divorciados, frágil y que después de discutir y alejarse de su mejor amiga encuentra por casualidad un grupo de chicas con una media de dieciocho o diecinueve años que le cautivan por su forma desenfadada y despreocupada de ver la vida. Días más tarde, Evie marchará escapando de su casa (su madre cree que está en casa de la que hasta hace poco era su mejor amiga) a vivir con ellas a un viejo rancho, donde con otras decenas de jóvenes viven en una especie de comuna hippie, donde casi todo gira en torno a las drogas psicodélicas, el sexo y sobre todo, bajo la influencia y las órdenes de un líder, una especie de gurú y músico frustrado. La autora, en ningún momento hace morbo de la historia, ni tampoco le da al líder del grupo protagonismo alguno en la novela, sino que pone todo su empeño y énfasis en que se conozca el papel que tuvieron aquellas jóvenes, que viniendo casi todas ellas de familias de clase media y acomodadas cometieron o fueron cómplices de los brutales crímenes. Pero reitero que es una adaptación muy libre, aunque cercana, a todo aquello que sucedió. Los nombres de los personajes han sido cambiados y algún personaje “posiblemente” nunca existió, pero desgraciadamente, los hechos sí.


Las Chicas me parece una novela fascinante. Basada libremente en los asesinatos perpetrados por la familia Manson en 1969 que marcarían el fin del llamado "verano del amor". Narra la historia de Evie, una adolescente en busca su destino, de su lugar en un mundo del que se siente excluída, desconectada. Y ese lugar cree encontrarlo en "las chicas" y ,especialmente, en Suzanne; seres desangelados, aparentemente libres y desprejuiciados que forman parte de una comunidad hippie liderada por el enigmático y oscuro Russel. Es desde la voz y la mirada de una Evie adulta que se nos revela el mundo interno de esa adolescente . Las Chicas es una novela de descubrimiento y, a la vez, de recapitulación. El presente se cuestiona a sí mismo a la luz (o sombra) de un pasado ominoso. Se asoma a las profundidades del horror y la maldad humana desde una óptica desprejuiciada y un tono para nada solemne. Emma Cline pone en juego una prosa clara y sencilla. El ritmo sostenido de su escritura y la tensión entre realidad y ficción, logran que la novela atrape al lector.


Ficción basada en Manson y su culto, conformado en su mayoría por chicas que lo adoraban y estaban dispuestas a todo por él. La historia está conformada por las memorias de una Evie adulta que recuerda como a sus 14 años fue captada por esta secta, a la cual se entrega por una gran necesidad de cariño y atención, al inicio. La narración es bastante realista y cruenta, y se perciben nítidamente las emociones de una chica que ya no es una niña pero que tampoco es adulta: las dudas, razonamientos, errores de toda adolescente, una chica con múltiples factores de vulnerabilidad (padres divorciados quienes se desentienden de ella, soledad, la fama y dinero de una abuela que fue una reconocida actriz de Hollywood) en plena época hippie expuesta e impresionable. Y a través de Evie, logramos conocer a las otras chicas del clan, en especial a aquellas que terminan asesinando en nombre de su líder.


Dos personas me habían recomendado Las chicas. No, perdón. Mi amiga Sofía me había recomendado Las chicas y la novia de un amigo había subido una reseña a facebook, así que lo compré. Cuando lo arranqué no me enganché y tuve que dejarlo un tiempo ahí, reposando en una estantería. Yo pienso esto: si no estoy en el trabajo esperando que termine el día para leer, si no estoy en la parada del bondi con el libro en la mano, si no prefiero no prender la tele e irme rápido a mi cuarto para retomar algún capítulo, entonces mejor posponer. Esto lo charlé con amigas y hay algunas que les pasa al revés: aunque duela y pese tienen que seguir hasta el final. Entonces concluyo en que es un defecto mío, un rasgo nocivo de mi personalidad y que se extrapola a todos los planos de mi vida. La otra noche fuimos a comer unas fajitas a un barcito del abasto con las pibas. Queríamos hacer un update de los amores de la semana. Pero somos muy progresistas y muy copadas y obviamente terminamos hablando de otras cosas, como la campaña electoral y los libros que estábamos leyendo. Ahí Lau mencionó Las chicas, no sé si lo había terminado o estaba en eso, muy enganchada. Así que yo, como cuando alguien te dice: boluda ese pibe que dejaste era re piola, me arrepentí y lo saqué de la biblioteca a la que lo había sometido. Qué hermosas son las segundas oportunidades cuando salen bien. Los libros tienen eso de bueno: se quedan inmóviles ahí, esperando que se te pase la ansiedad. Ayer salí del trabajo con el libro en la mano y me puse a leer en la parada del 160. Tardó como media hora, cuándo no, pero por mi perfecto. Nos subimos juntas con una chica que se paró al lado mío y empezó ella también a leer. Y ahí estábamos las dos, agarradas del mismo coso (¿cómo se llama el coso para sostenerse en los colectivos?), cada una en la suya, hermanadas por la actividad, concentradas. Me bajé para ir a la farmacia del hospital a buscar unas pastillas y esperé de número 57 al 63 ensimismada, adicta a las páginas, esperando que no me tocara el turno nunca. Cuando por fin estuve en casa me metí en la cama y lo agarré. Me quedaban, no sé, tres hojitas. Qué inquieta me pongo cuando falta tan poco. Las terminé rápido, a máxima velocidad. Siempre que llega el final quiero apurarlo, me desespera no saber cómo va a ser. Pero entonces, después, la soledad. Ese vacío enorme, hueco, oscuro, que queda cuando ya no hay nada más que ver o conocer ahí. Así que volví para atrás. Leí esas tres hojitas de nuevo, queriendo asimilarlas pero más despacio, buscando encontrar algo que tal vez se me hubiera pasado de largo, repasando. Pero el libro se me acabó otra vez, indefectiblemente. ¿Cómo se sigue después de terminar una novela espectacular? Yo creo que así: se apoya el libro en el suelo (no en la mesita de luz, en el suelo), se apaga la luz del velador. Los ojos quedan abiertos un ratito, después se apagan también. Mañana va a ser otro día, qué sé yo, pero por ahora, qué ganas de que las historias que atrapan no se terminen nunca, que esta sensación que queda en el cuerpo no se vaya más, que perdure para siempre este desconcierto, esta tibieza. El corazón adentro vibrando de amor. La vida, al final de todo, son esas tres hojitas que no queremos dejar ir.


Lo terminé hace cuatro o cinco días y todavía lo tengo dando vueltas en la cabeza; algún detalle de la trama, fichas que me caen, los personajes. No es un libro sobre los asesinatos de Charles Manson. Es un libro sobre la adolescencia, el terror al rechazo, los estragos de una baja autoestima, de unos pésimos padres, sobre el descuido, el machismo y los abusos. Es hermoso y, a la vez, es como ver un auto que irremediablemente se va a estrellar en la ruta.


Muy buena novela, que tiene mucho que aportar en relación a las luchas feministas que libramos hoy en día. El libro no es sobre los asesinatos del clan Mason, creo yo. Es sobre la inmensa necesidad de agradar y ser aceptadas en las hemos sido y seguimos siendo educadas las mujeres... esta es la línea mas interesante de la historia.


Conmovedora, intensa, y muy bien narrada. En ocasiones me ha puesto los pelos de punta.


Hasta que no lo he terminado no me he quedado tranquila. Las primeras páginas no dicen nada pero a medida que avanzas te mete en la historia y ya no eres capaz de salir. Me ha gustado mucho.


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Calificación General: 7,4Por leer

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FRASES DEL LIBRO LAS CHICAS

Debió de creer, como creen las personas hermosas, que había una solución, que se salvaría.


Publicado porveroausten

El simple hecho de ser una chica perjudicaba la capacidad de creer en ti misma.


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Habían perdido la capacidad de hacer ciertos juicios, el músculo sin usar de su ego se había ido quedando flojo y atrofiado.


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Eso era parte de ser chica: conformarse con cualquier respuesta que uno obtuviera. Si te enfadabas, estabas loca; si no reaccionabas, eras una zorra. Lo único que podías hacer era sonreír desde la esquina en la que te arrinconaban. Sumarte a la broma aún cuando fuese a tu costa


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Pobre Sasha. Pobres chicas. El mundo las engorda con la promesa del amor. Cuánto lo necesitan, y qué poco recibirán jamás la mayoría (...) la mano tirando de los botones de los vaqueros, nadie mirando al hombre que le grita a su novia en el autobús.


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