Sinopsis de LAS ARMAS DE LA LUZ

Cerca del año 1000, Almanzor amenaza el norte de la península Ibérica. Unos misteriosos barcos arriban a la costa tarraconense y dejan un extraño presente en el pequeño puerto de Cubelles. Este es el inicio de la emocionante peripecia vital de dos muchachos que acabarán viajando al Alto Urgell, cuando el conde Armengol I está a punto de unirse a la gran alianza de condes y magnates que han decidido independizarse definitivamente del reino franco y, a la vez, romper con las antiguas servidumbres impuestas por el poderoso califato de Córdoba. En medio de todo esto, una mujer joven se debatirá para liberarse de las ataduras de su cerrado mundo familiar y social. Sanchez Adalid nos presenta un gran friso narrativo que recrea, con agilidad y destreza, el agitado inicio del segundo milenio: la vida en los castillos y campamentos guerreros, las peculiares relaciones entre nobles y clérigos, la rica cultura monacal, las costumbres cotidianas, el amor, la guerra, el miedo y el valor. Siempre en los fascinantes escenarios de una tierra singularmente bella y agreste, pero también fértil y poblada de luminosas ciudades: Barcelona, Gerona, Seo de Urgell, Vic, Solsona, Besalú, Berga, Manresa, Tortosa, Lérida; y de grandes monasterios que extienden su influencia: Santa María de Ripoll, San Cugat, San Juan de las Abadesas, San Pedro de Rodas, San Martín de Canigó. Con la Córdoba califal como telón de fondo. Una figura crucial es Oliba, hijo de los condes de Cerdanya y Besalú, que en el año 1002 renuncia a su herencia para hacerse monje. En medio de la confusión y la violencia, surge un hombre cuya cordura y sabiduría aportará luz, y descubrirá el verdadero tesoro, que es de naturaleza espiritual. Las armas de la luz nos regala un viaje claro y anímico hacia el sorprendente mundo medieval, en el que se cruzan y entremezclan héroes de ficción y protagonistas históricos, en la epopeya de una tierra que lucha por regir su propio destino.

4 reseñas sobre el libro LAS ARMAS DE LA LUZ

Sánchez Adalid me tiende una emboscada. Agazapado entre sus incontables capítulos el sacerdote y novelista histórico predica su sermón. Hay que ir a misa para continuar leyendo, no queda otra, y para más inri, en latín. Al menos lo traduce. Al hereje que llevo dentro le pica todo el cuerpo en cuestiones de rezo, sarpullidos de 15 centímetros. Una alergia a la liturgia ancestral. Hay quien la tiene al polen, yo al padre nuestro y a pagar la cuenta. Asumida su profesión y por tanto, un buen trato al gremio, el cura tienen cosas buenas. La novela se sitúa en el conglomerado de condados que bordean la marca hispánica Carolingia y que hoy conocemos bajo el nombre de Cataluña. Sometidos al califato de Córdoba, estas villas, condados y pueblos se aliarán para buscar su libertad e independencia. Una de las habilidades del autor está en la recreación medieval. Es de las más exactas, tan maravillosamente ambientado que el lector puede hacerse una idea muy ajustada de costumbres, estratos sociales, rivalidades y reparto de poder. No solo eso, posee una capacidad de enganche inaudita, cuando aún no ha ocurrido absolutamente nada, ya ha conseguido atraparte. Incluso en la obviedad. Hay un pasaje donde unos egipcios llegan a la costa catalana. Se oyen rugidos nocturnos. No hace falta ser muy avispados para intuir de que animal procede, y sin embargo el cura consigue que te tragues el misterio. ¡Oh, divina oratoria! Córdoba es otro de los grandes aciertos del autor, la descripción de sus calles, la vida social musulmana, los jardines, el aroma que desprenden. La tinta de Adalid consigue el perfume perfecto. Una palabra vale más que mil imágenes. La coralidad de sus personajes es otro de los firmes argumentos. De hecho, el pilar central. Aunque alguno de ellos no termina de encontrar su sitio, en general, todos tienen su evolución. Me atrevería a decir que por encima de todo, Las armas de la luz es un libro de vidas y de la lucha por los sueños de cada una de ellas. Al texto le sobran páginas, de hecho el personaje Oliba, sus parrafadas y reflexiones filosóficas rompen el ritmo y están de más. La única utilidad que le veo al conde, es dar una visión religiosa excesivamente bondadosa en una época de guerras donde la misma iglesia empuñaba la espada. Sin ser una novela trepidante la obra ofrece un retrato fiel de aquellos pueblos que lucharon en una frontera sin muros, pero que delimitaban una identidad. Ah, debió confesarse Sánchez Adalid, no ahorra en palabras grosas, pero claritas. Tendrá descuento, supongo, como trabajador de multinacional. Al pan, pan y al culo, pedo. Amén. ( otro sarpullido más)


"LAS ARMAS DE LA LUZ". Es una interesante novela histórica que narra los hechos y vicisitudes de diversos personajes en la península Ibérica al comienzo del año 1000 d.C, en ella nos encontramos una Marca Hispánica repleta de condes, vizcondes y por otro lado el Califato de Córdoba en el comienzo de su decadencia. A través de las paginas vamos a ir conociendo los diversos personajes que integran este libro como Blai, Siculo, Riquilda, Armengol I y el soporifero Oliba. Si bien el libro da la sensación que no pasa nada, la trama poco a poco avanza, los personajes evolucionan constantemente y el libro engancha y no te suelta en sus mas de 800 páginas. La ambientación del libro es sensacional, la Córdoba Califal la podes sentir, vivir, oler. Me llevo una muy buena primera impresión del autor.


Quién mejor que su propio autor para resumir esta gesta. Según sus propias palabras, la novela se desenvuelve en “un momento de la historia apasionante, justo cuando Almanzor está a punto de morir, pero todavía resulta imprevisible ese hecho. Cuando muere Almanzor, se desatan una serie de fuerzas y acontecimientos que culminarán con el saqueo de Córdoba, la ciudad más rica y esplendorosa de Occidente. "Las armas de la luz" transcurre en ese escenario, describiendo la vida en los castillos y campamentos guerreros, las peculiares relaciones entre nobles y clérigos, la rica cultura monacal, las costumbres cotidianas, el amor, la guerra, el miedo y el valor… “ Sanchez Adalid se sintió “cautivado por la época y el ataque a Córdoba del conde Armengol como respuesta al de Almanzor a Barcelona. Se trata de un viaje a la Edad Media a caballo entre el primer milenio y el segundo (años 996 a 1018) narrado en una novela muy bien argumentada y con un importante trabajo de investigación detrás, donde se mezclan personajes históricos con otros de ficción. Al final del libro hay un interesante capítulo titulado “Nota histórica” en el que nos presenta a los personajes y hechos históricos que nos acompañan en la lectura del libro. Es la primera novela que leo de este autor y, si bien me ha resultado de lectura muy agradable, en ocasiones me ha parecido extenso y reiterativo.  De lo que no cabe duda es de que es un libro para leer con calma, sin prisa y yo diría que con un atlas histórico al lado.


Nuevamente, Jesús Sánchez Adalid desarrolla una compleja y completa historia en la que los tiempos de Almansur, del que acabaría siendo el obispo de Vich, Oliba, de los diversos condados catalanes, de la crisis andalusí tras la muerte del temible Almansur..., nos los dibuja a través de una serie de tramas con personajes reales y ficticios que engarzan como las cuentas de un collar hasta encontrar la unidad que se corona en su propio título, "Las armas de la luz". Sencillamente, he vuelto a disfrutar de una de sus apasionantes novelas, en las que la guerra, la iglesia, el amor, las intrigas, todos ellos unidos, forman un conglomerado tan coherente que vuelve apasionante su lectura. Muchas gracias Sr. Sánchez Adalid


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