El primer libro de la trilogía Los círculos del tiempo. Egipto, siglo III. Época de cambios y confusión. Dos grandes imperios, el romano y el persa, inician una lenta decadencia. La protagonista, envuelta en su belleza y misterio, recorrerá un apasionante itinerario hasta llegar a Alejandría, donde dos hombres marcarán su destino: Ahram el Navegante, hombre de acción sediento de poder, y el filósofo Krito, poseedor del don de la palabra... Como en los mitos, todo en esta obra nace más de una vez porque todo en algún momento recibe una luz nueva que lo recrea y vivifica. La vieja sirena es un apasionado canto a la vida en una novela que es tanto recreación histórica como relato fantástico de inusual lirismo y sensualidad, tanto reflexión humanista sobre el poder como aguda parábola sobre nuestro inestable presente.
Trepidante historia de amor contada a través de la mirada de unos ojos glaucos en la Alejandría del siglo III d.C. Sampedro nos cuenta las luchas de poder, la búsqueda del amor y la naturalidad del sexo en una época de libertinaje y traiciones. Pero ante todo un mundo que se enfrenta a lo nuevo y empieza a olvidar lo viejo a través del cambio de dioses. Me han parecido magníficos los párrafos en los que describe los pensamientos de los protagonistas, me han hecho meterme en sus cabezas, COMPRENDERLOS, y vivir sus propias fronteras. Fabuloso José Luis Sampedro, su dominio del castellano es abrumador.
Obra notable del autor. El final es un poco predecible. Lo importante es el desarrollo del arco de los personajes. Muy recomendable.
Este libro llegó a mí por recomendación de mi profesora de lengua. Lo cogí con muchas expectativas, pero no terminé de meterme en la historia, no me enganchó. El libro de me hizo largo y celebré acabarlo. No lo recomiendo.
...en los tribunales lo que vale es la ley, no la justicia. La elocuencia, más que la verdad. Las pruebas, más que los hechos.
Todo es dos, ya lo dijo otro filósofo… Siempre somos dos, pero uno es clandestino; la gente tiene miedo a su otro. Todos apenas nacidos nos vamos haciendo dos: el visible y el escondido.
...la burocracia es una fuerza tremenda. Cada día lo será más. No crea nada, no produce nada, pero puede pararlo todo. Y nos tiene registrados a cada uno...
No sabemos quiénes somos. Yo no sé qué soy, como ves. Podría decirte que soy el mundo, porque para mí empezó cuando nací y se extinguirá cuando muera. ¿Acaso tú sabes quién eres?
—... Repito: el futuro se juega en las fronteras. —En todas —dice suavemente Krito—. Porque dentro del imperio hay gentes fronterizas, como los cristianos o los esclavos. Y dentro de cada ser humano también hay fronteras, la vida se crece siempre en las fronteras.
...y, de pronto, la luz nació como un múltiple surtidor rojo y amarillo, agilísimo, danzante, deslumbrador. La desconocida maravilla encantó a la sirena...