En su homenaje poético a José Comas Quesada, José García Caneiro consigue, fundir la palabra con la pintura plateando un diálogo marcado por la admiración, la serenidad y la nostalgía que comunican las acuarelas del maestro y que el poeta sabe plasmar con versos poderosamente evocadores nacidos de lo que se mira, pero sobre todo de lo que se siente intimamente.