Tanizaki reconstruye la biografía del todopoderoso señor de Musashi, cuya existencia orbita entorno a dos únicos instintos: la ambición de conquista y la satisfacción de su depravada pulsión sexual. Apenas dejada atrás la infancia, el joven Terukatsu descubre la sexualidad a través de una perturbadora imagen que condicionará su vida: la de una hermosa mujer acicalando la cabeza cortada de un guerrero tras el combate. Desde ese momento, el protagonista de esta peculiar crónica histórica intentará repetir una y otra vez la escena objeto de su fijación erótica, y encontrará en la bella y cruel esposa del hombre al que sirve a la pareja perfecta con la que ejecutar una sádica danza en la que víctimas y verdugos confundirán sus papeles.
Una novela verdaderamente maravillosa, por momentos perversa, a veces cómica, pero siempre entretenida. En esta historia muy bien narrada, con una estética perturbadora pero al mismo tiempo llena de belleza, Tanizaki reconstruye la otra cara de un ficticio héroe del Japón feudal, marcada por las perversiones y la ambición. Bien podría decirse que es una novela de enredos, marcada por la manipulación y los malos entendidos.