Con La vida ante sí, Romain Gary obtuvo, bajo el seudónimo Émile Ajar, su segundo Goncourt, un honor único ya que este premio solo puede concederse una vez. Una vieja prostituta judía, superviviente de Auschwitz, regenta en el barrio parisino de Belleville una casa donde crecen los hijos no deseados de las prostitutas. Momo es uno de ellos. A través de su mirada infantil, con grandes dosis de ironía y ternura, el lector descubre el mundo sórdido que le rodea y la decrepitud de la mujer que le ha hecho de madre.
Esta novela es un compendio de emociones y buenos sentimientos, una magnífica lección de vida que representa un mundo donde la realidad es dura, pero que, sin embargo, tiene una dulzura escondida en los lugares y personas más oscuros. Es una novela que muestra cómo la desconfianza y la estrechez de miras se borran con la ternura, la comprensión y la generosidad. Aquí todo el talento del escritor es relatarnos los hechos a través de las palabras de Momo, un niño de origen árabe e hijo de una prostituta, con un vocabulario crudo y reluciente. Un niño que creció demasiado rápido en un entorno pobre, donde las drogas y la prostitución están constantemente bajo la mirada de los niños. Corren los años 70. Momo, nos narra su estremecedora historia junto a Madame Rosa, una ex prostituta judía y superviviente de Auschwitz, que acoge a hijos de prostitutas y de familias totalmente desestructuradas en su piso-pensión clandestino del barrio parisino de Belleville. Momo que no tiene a nadie en el mundo excepto a Madame Rosa, se enterará de que esta padece una grave enfermedad e intentará luchar contra la decrepitud que va consumiendo a la vieja prostituta. Decididamente, Romain Gary tiene mucho talento para hacernos sonreír incluso contando dramáticas historias.
La vida en uno de los barrios mas marginales del Paris vista por los ojos de un niño. La inocencia y su particular lenguaje nos hacen ver de manera no tan fean la parte mas fea de la sociedad. Una novela llena de amor, amistad, compasión, tristeza y mucha solidaridad y amor al projimo
La señora Rosa dice que la vida puede ser hermosa, pero que nadie ha dado con ella todavía y que entretanto hay que vivir
"C'est pas nécessaire d'avoir des raisons pour avoir peur". Ça, j'ai jamais oublié, parce que c'est la chose la plus vraie que j'ai jamais entendue.