El temido profesor de matemáticas está a punto de jubilarse, aunque sigue en su empeño de que sus alumnos comprendan la importancia de su asignatura. Cuando es víctima inesperada de una broma preparada para otra persona, decide dar una lección a tres de sus alumnos que no podrán olvidar. Deberán ir a su casa y pasar una serie de pruebas para poder aprobar la asignatura.
En esta segunda parte, el profesor de mates nos hará adentrarnos en una especie de Gimkana de pruebas lógicas y matemáticas. Con respecto a la primera parte, los acertijos han subido exponencialmente de dificultad. No soy ninguna Mileva Einstein, pero me gusta mucho todo lo relacionado con esa asignatura, y he dejado sin resolver más de uno. Con el estilo propio del autor, se lee rápidamente, los personajes están bien definidos pero la trama también pierde un poco de fuerza con respecto al anterior. Sólo lo voy a recomendar, a diferencia del primero, a personas amantes de las mates, de nivel ESO o superior, si lo leen niños más pequeños se van a frustrar (como yo intentando resolver el rosco de Pasapalabra).
Conduces un autobús en el que van nueve personas. En la primera parada bajan 5 y suben 3, en la siguiente bajan 2 y suben 8, en la tercera bajan 4 y suben 3 y en la última bajan 4 y suben 7. ¿De qué color son los ojos del conductor?