China, siglo XIX. La joven emperatriz Orquídea debe gobernar un país en declive y un palacio marcado por las intrigas. Anchee Min nos ofrece el vibrante retrato de las hazañas de la última emperatriz de China, a quien conocimos en su anterior novela, La ciudad prohibida. En medio de grandes confictos coloniales, tras la muerte del emperador, Tzu-Hsi gobernó con determinación un país inmenso y complejo, sometido a graves presiones internacionales, aunque para ello tuviera que renunciar al amor y la felicidad. Un vívido retrato de una de las épocas más apasionantes de China a través de una madre, amante y emperatriz que marcó el curso de la Historia.
En pleno siglo XIX tras la muerte del emperador, su concubina Tzu-hsi (Orquidea) la única que le dio un hijo varón, asume el poder de China tras la turbulencia, la inestabilidad y las revueltas de los rebeldes,el ataque de las potencias extranjeras por apropiarse de los recursos naturales y mucha corrupción. La historia de esta mujer quien se encuentra dividida en la pasión y el deber en cuyas manos se encuentra el destino del Imperio.
Vivir es experimentar el hecho de morir y es peor q la muerte, pero vivir la muerte es una riqueza espiritual