La última novela de TRILOGÍA DE ESCIPIÓN , el épico final de la vida de Escipión y Aníbal. La traición de Roma nos permite ser testigos privilegiados de la vida de Publio Cornelio Escipión, en el marco incomparable de una Roma que emerge victoriosa por encima de la historia y de sus propios héroes, pero también de muchos otros personajes igualmente fascinantes.
"He sido el hombre más poderoso del mundo, pero también el más traicionado." Así comienza Posteguillo esta tercera parte de la historia de Escipión el Africano, uno de los más grandes generales de Roma. Sus memorias, que veremos en varios capítulos puntuales de este libro, son fruto de la amalgama entre la imaginación del autor y la escrupulosa investigación histórica a la que él nos tiene acostumbrados. En ellas nos presentará a un Plubio más humano, un Escipión que hace examen de conciencia, que reconoce sus errores y se arrepiente de ellos. Esto me gusta y me alegra, porque el Escipión maduro se aleja mucho de aquel joven que se hizo querer por todos los lectores. En esta tercera parte nos encontramos a una persona acomodada a su condición de gran vencedor, orgulloso, prepotente y exigente que traiciona a su propia familia y, además, algo muy peligroso para él, demasiado confiado. Poco a poco el general irá comprendiendo que no todo es color de rosa y que sus victorias, además de despertar admiración por muchos romanos, también despierta grandes y malignas envidias. Después de la victoriosa batalla de Magnesia, en la que nuestro general no participa físicamente debido a la enfermedad que le acompaña desde Hispania, pero que, sin embargo, encabeza; él es la mente pensante y mano conductora que lleva a Roma y a su hermano Lucio a la victoria, Plubio Tendrá que enfrentarse a otra batalla, en esta ocasión dentro de Roma, una gran batalla política. Su más que demostrada inteligencia le ayuda, pero no es suficiente. Él es un guerrero, en política se mueve peor, y enfrentarse a su gran enemigo, Catón, no será tarea fácil. Catón Persigue destruir a Africanus, lo odia. Hay dos motivos, a mi manera de ver, uno es la envidia, de eso no tengo duda y la otra, la diferencia de ideología . Catón es un hombre tradicional, apegado a las costumbres de Roma y, sin embargo, Escipión es liberal, amante y defensor de la cultura y el teatro griegos, esto es una importante excusa donde se escuda el odio de Catón. Por la páginas de la traición de Roma pasean personajes históricos dignos de admiración, entre ellos tengo que destacar a mis favoritos; Cayo Lelio, fiel amigo de nuestro protagonista; y Aníbal Barca, eterno y admirado enemigo, cuyas similitudes en su vida política y militar son, al menos, curiosas. Y también a su hija, Cornelia menor, la más parecida a su padre, lista, valiente y rebelde. En esta historia encontramos mucho odio, muerte, traición, envidia, pero, también están presentes sus antagonistas: amistad, fidelidad, honor, amor. Un poquito de todo, tal como es la vida. Africanus, tras su muerte, deja una herencia a Roma que, sospecho, a sus enemigos políticos no les gustará; Plubio Cornelio Escipión, hijo y nieto de estos valientes hombres con quienes comparte nombre, la historia sigue, aunque ya no nos la cuente Posteguillo.
“Tras la batalla de Zama siempre pensé que tendría un futuro feliz. La vida es misteriosa, los dioses caprichosos y nosotros inconstantes. Todo se puede perder con pequeñas acciones que se van acumulando hasta levantar una montaña de errores que nos envuelven…” dice Escipión el Africano, en sus supuestas memorias, que Posteguillo va intercalando hábilmente en la narración. Así logra que Escipión, ahora sí, sea un ser humano cercano, más que por sus glorias, por sus penurias. Ha dejado de ser aquel que en el primer libro, en “Africanus, el hijo del cónsul” era un modelo de virtud. Ahora, producto del mundo de halagos en que vivía, cae en la vanidad y la soberbia, propia de casi todos cuando detentan fama y poder. Y paga muy altos costos. Y no sólo políticos, también familiares. En este libro, último de la trilogía, luego de “Africanus: el hijo del cónsul” y “Las legiones malditas” hay menos batallas (salvo la batalla de Magnesia, contada en forma magistral, la especialidad de la casa). Sí, hay un mayor despliegue de la política en Roma y especialmente de lo que les sucede en su vida a los personajes, aquellos que han ido mereciendo nuestra simpatía, incluso afecto (no puedo dejar de mencionar a Lelio, Cornelia menor, Plauto, Areté, Publio Hijo, Netikerty, Emilia…). Y también los otros, aquellos odiosos y engreídos. Si en los libros anteriores somos partícipes de los sucesos en la misma Italia, Hispania y Africa, ahora viajamos a Asia, acompañando a los Escipiones a enfrentar al rey Antíoco III que amenaza a Roma. Así se completa con una narración soberbia, el itinerario de Roma hacia la hegemonía del mundo conocido en ese entonces, transformando al Mediterráneo en un mar propio o casi, porque aún quedan piratas que hacen de las suyas. En el centro de la historia están Escipión y Aníbal. Dos colosos enfrentados sirviendo cada uno a su república. Exhibiendo sus dotes de estrategas militares, que los ubican entre los más destacados generales de la historia. Dos vidas fascinantes. Y también unidos por un destino común. Ambos traicionados por lo que más querían. Y aunque ya conocemos desde la historia, el desenlace en las vidas de Escipión y Aníbal no deja de ser conmovedor, porque como decía Plinio “Siempre resulta cruel y prematura la muerte de aquellos que proyectan algo inmortal”. Me da la impresión que pese a ser una obra tan larga, de 2450 páginas sumando los tres libros, Posteguillo nunca pierde el control sobre la trama que ha ido abriendo en los libros anteriores. Al contrario, en este último libro entrelaza de forma soberbia el destino de los personajes, los históricos y los ficticios, sus acciones y la narración del contexto de esa fascinante época histórica. Ha sido un gran viaje a este mundo antiguo, de Roma, Cartago y tantos otros pueblos y territorios europeos, africanos y asiáticos. Con el pasaporte para viajar en el tiempo que suministra don Santiago Posteguillo. Poder ver tantas y tantas cosas que hemos soñado conocer. Contemplar por ejemplo, como se desenvuelve la república romana. Esa república que aún sobrevivirá casi doscientos años más, después de Catón y Africanus. Que vivirá hasta que llegue Julio César.
Termino la trilogia Escipión y no sé muy bien qué es lo que quiero contar. Empecé a leer estos libros con bastantes prejuicios porque, aunque, me encanta la novela histórica, la Edad Antigua es un etapa que me fastidia, no tengo claro por qué (la explicación estará en alguna vida pasada) y si a eso le añadimos que la vida del protagonista encajaba dentro de las guerras púnicas en un relato de casi tres mil páginas...apaga y vámonos. Sin embargo ¿ qué pasa con Posteguillo? Me pudo la tentación. Este, en concreto, es el mejor libro de la trilogía en mi opinión Me he sentido muy cercana a Publio. No le he sujetado la lanza, ni le he ayudado a montar la tienda en Magnesia pero he sufrido sus inseguridades y errores con sus hijos, el miedo ante el daño que pudieran hacerles a ellos, la envidia de los cobardes ante sus victorias, la debilidad de la enfermedad, el temor a dejarlo todo inacabado antes de morir... me ha hecho sentir un nudo en la garganta y el picor en los ojos cuando algo duele, y mucho, y lo sientes como algo tuyo...y cierras el libro y dices...pero ¡¡¿qué pasa?!!¡¡esto es ficción histórica y ocurrió hace más de dos mil años!!...desvarío... En esta ocasión Catón no da tregua a Publio. Debe volver a la batalla, esta vez a Asia contra el rey Antioco de Siria, un iluminado que pretende ser el sucesor de Alejandro Magno y someter a cuanto país esté a su alcance. Publio ya no es el joven de inagotable energía que conocíamos. Las fiebres no le dan descanso, sin embargo, su increíble inteligencia y capacidad estratega aún sorprenderán... Escipión llena con su presencia pero necesita a otros personajes, muchos de los cuales realmente existieron, para conformar y enriquecer la trama: Lelio, Anibal, Graco, Areté, Cornelia, Lucio, Netikerty, Emilia, Plauto...No quería terminar sin nombrar a algunos. Los echaré de menos.
Santiago Posteguillo terminó la publicación de esta triología en 2018. Escipión "el Africano" llega a Roma exultante tras la batalla de Zama y la derrota de Aníbal en su propio terreno. Es cuando Escipion piensa que ya se ha ganado todo el derecho a vivir con la tranquilidad del que se sabe vencedor y libertador del mayor enemigo de Roma. Pero Catón persiste en sus ideas, quiere desacreditar al bando de los escipiones como sea, ya sea mediante la manipulación en el Senado o con la fuerza de las armas en Hispania. Mientras, Aníbal, traicionado por una Cartago que lo pensaba entregar a Roma, termina exiliado en la corte de Antíoco III como consejero para enfrentarse a Roma. Lo que nos lleva a la batalla de Magnesia que conformará el nuevo orden mundial de la época. Catón, siempre instigando en el Senado, un Escipióm que infravaloró el poder de la ley de Roma, y sus relaciones familiares, determinan los últimos días del mismo. Qué puedo decir no ya de esta novela, sino de esta triología... Me ha fascinado, ha habido momentos realmente tensos en los que tenía que cerrar el libro y respirar, me he alegrado con cada victoria y he maldecido con cada derrota como si las batallas del siglo II a.C. fueran un partido de fútbol y he llorado... He llorado como hacía mucho que no lloraba cuando he tenido que despedirme de ciertos personajes.
La traición de Roma es la tercera parte de la trilogía de la historia de Publio Cornelio Escipión, conocido también como Africanus. En esta tercera entrega, conocemos aun Publio más viejo, más orgulloso, más exigente, más confiado y más “popular”, donde se tiene que enfrentar ahora a sus enemigos políticos y donde Africanus, no es muy bueno en eso. No podía faltar una batalla, donde Africanus y su hermano hacen frente al gran ejercito del Rey Antíoco III. En esta historia, también conocemos más del gran Aníbal, del cual, junto con Africanus, sufrieron y vieron como aquellos para los que habían conseguido tanto, se asustaban de su poder y los rechazaban. Fue triste leer como estos dos grandes generales tuvieron una suerte similar. Ya lo dijo Publio en “sus memorias”, que como le hubiera gustado ser amigo de Aníbal y pasar unas muy buenas conversaciones entre ambos y a nosotros los lectores, leer esas conversaciones. Por otro, lado, a todos lo que hemos leído está trilogía, tenemos el mismo sentimiento de “rencor”, rabia y enojo hacia Marco Porcio Catón, el enemigo de Africanus, pero siendo realistas, este Catón es un enemigo digno, que sabe esperar y atacar, que hace como que pierde, pero son derrotas mínimas para lo que busca. No se le aprecia ningún punto débil o por donde atacarlo. Supo cómo manipular a casi todos sus aliados. Sin lugar a dudas, se ganó mi admiración Cornelia Menor y al final también Publio Cornelio Hijo, donde yo me quede con más ansias de que continuará esa “guerra” con Catón. Y quien se comportó y soporto todo y también se merece una gran admiración, fue Emilia Tercia, esposa de Publio. Aquí es donde Africanus no gusta su comportamiento hacia su relación con su esposa. En esta parte de la historia, se puede entrar en debate si fue correcto o no el actuar de Emilia, para mí, se comportó a la altura y como una Matrona. Por último, no podemos olvidar a Cayo Lelio y su historia en esta trilogía. Creo que termino bien, aunque para algunos queríamos algo más con su visita a Egipto. Si bien, nos quedamos con las ganas de más de la historia, se agradece que Posteguillo incluyera una Nota histórica, donde relata más de la historia de los descendientes de la familia Escipión, sus amigos y sus enemigos. Sin lugar a dudas, es una trilogía que me ha gustado.
LA TRAICIÓN DE ROMA He de confesar que desde antes de comenzar este tercer y último libro, sentí un poco de nostalgia, ya que como todo tiene un final, esta sería la última travesía, y la culminación de una obra maestra como esta. A pesar haber cerrado el ciclo de cuestiones y temas pendientes, quedas con las ansias de más. La historia se narra en tercera y en primera persona, siendo esta última cuando el mismo Publio Cornelio Escipión narra sus memorias, que de hecho según el autor, se perdieron “En el fuego de la biblioteca de Alejandría”. En esta entregia encontramos a un General Romano Victorioso (Publio Cornelio Escipión), con tres hijos (Publio, Cornelia mayor, Cornelia menor), quien regresa a su pueblo luego de derrotar por primera vez al héroe cartaginés Aníbal Barca en la famosa batalla de Zama en el 202 a.C. A diferencia de las dos novelas anteriores que mostraron encarnizadas batallas, siendo la muerte aliada personal de todas las contiendas, esta última historia desvela aspectos más profundos y menos conocidos, que los historiadores no exponen a profundidad, donde tanto un general como el otro fueron victimas del engaño, la manipulación y la traición de los políticos tanto de Roma como Cartago y terminan siendo títeres despatriados. Es muy interesante ver como dos grandes adversarios compartían tantas cosas en común, y en palabras de Posteguillo «ambos llegaron a trabar una relación de respeto mutuo». Hoy siento una gran admiración por estos personajes que me parecieron tan aburridos en tiempos de escuela. Y es que los dos (dependiendo de la visión), fueron grandes militares y estrategas, dejando cientos de legados, tanto en una como en otra rama. Esta obra está repleta de momentos fascinantes, rencor, infidelidad, intriga, tristeza, desaliento, en la que más de una persona llega a odiar al famoso (Catón), y nos regala la oportunidad de conocer tanto. Finalmente, he quedado sorprendido con un elemento nuevo de combate, la unidad de caballería pesada plenamente blindada (LOS CATAFRACTOS), del Rey Antíoco III que causaron tantas bajas y perdidas en más de 40 batallas, Inclusive, la sobresaliente estrategia de nuestro héroe que asesoró a su hermano en la gran batalla asiática, ganando otra vez Roma. Y no puedo irme sin hacer una ovación a mi personaje favorito,” Cayo Lelio” lugarteniente de Escipión, un hombre leal, y con todos los atributos que puede tener una persona… Mis mayores respetos.
Acabo de terminar LA TRAICIÓN DE ROMA, último libro de la trilogía Africanus, y mis sensaciones son las de admiración y satisfacción. Admiración por comprobar que la forma de narrar de Santiago Posteguillo una novela histórica, es increíble. Te mantiene atrapado hasta el final. Y satisfacción por descubrir que esta trilogía, aunque extensa, me ha hecho amar la lectura, otra vez. Decir que la trilogía describe la vida de Publio Cornelio Escipión, a través de él , conocemos a muchos personajes muy interesantes, como es el caso de Aníbal. Sin duda, un lectura que recomiendo.
Administrar con justicia el dinero de otros es fácil si se quiere, lo difícil es administrar el dinero propio de forma apropiada
Si hay algo para lo que nunca jamás estamos preparados es para sufrir con los hijos. De un modo u otro, de forma casi instintiva, estamos persuadidos que de los hijos sólo pueden venir satisfacciones
Todo se puede perder con pequeñas acciones que se van acumulando hasta levantar una montaña de errores que nos envuelven y nos atrapan como una telaraña de fracaso
No hay nada que halague más al ego de un hombre que creer que sabe más de todo que una mujer y más aún cuando se trata de amar.