Pueblo polvoriento de la pampa Argentina, 1939. Un chico asustado porque se siente distinto de los demás encuentra amparo ultraterreno viendo cine. Entre función y función, Toto usa a familiares y a vecinos como escudos que han de protegerlo de la realidad. Teté (una niña que teme no rezar lo suficiente para evitar la muerte de su madre), Héctor (el primo seductor que abandona a sus conquistas por temor a ser abandonado), Paqui (una compañera de juegos que a los doce años carga con un pecado mortal), Choli (la viuda que quiere iniciar una etapa de refinamiento e independencia), Delia (la seducida y abandonada que padece hambre por comprar cosméticos). Y planeando por sobre todos ellos la amenaza en la pantalla plateada de una Rita Hayworth mítica, traicionera beldad de adoradores incautos.
Primera novela que escribió este autor y segunda que leo de él. Dividida en dos partes, cada capítulo es un largo y errabundo soliloquio sobre cuestiones de la vida cotidiana del lugar de los hechos. Me costó identificar a los personajes, el parentezco entre sí y los vínculos con los demás (no hay descripciones ni acotaciones a tal fin). Como ya había leído Boquitas pintadas, el contexto no me resultó extraño, ni los usos y costumbres de ese pueblo chico (infierno grande) que Puig retrata tan bien. Sólo me queda por entender y/o descubrir el porqué del título Es un buen libro pero, no va a ser uno de mis preferidos.
“Hay en mí algo hoy, también, que no se pronuncia, pero está allí. Tal vez sea mejor no encontrarle un sonido. Callemos”.