Cuando Dora conoció a Juan trataba de huir de un futuro que ya estaba escrito para ella, él llenó su vida de magia y durante dos años dejó de ser una simple cajera para convertirse en una sirena enamorada del pescador de sueños. Pero la fantasía no duró eternamente, Juan desapareció sin dejar rastro y Dora tuvo que reinventarse a si misma, renacer de las cenizas y enfrentarse a la realidad.