Un seductor octogenario se enfrasca en una ultima seducción antes de una cirugía y Fernandez lo acompaña a dicho evento y le cuenta las vicisitudes que le sucedieron desde que le separo y volvio a Palermo.
Es una novela redonda, donde varias historias se entrecruzan sin sentido aparente, pero que al final confluyen. Por un lado, la última salida del anciano galán Leno Frangolini y su amistad con Fernández; por otro, los (des) amores del periodista y escritor Fernández; y finalmente, la venganza de una joven mexicana en Buenos Aires. La novela entretiene y, en lo personal, suma un plus dado que viví en la esquina de Ravignani y Paraguay, lugar donde transcurren muchos de los sucesos narrados. Algunas frases que me gustaron: "Era de ese tipo de caballeros con clase que no quería la decrepitud, y que aspirabaa hacer con la vida lo que haría al final de una larga noche de copas: Camarero, qué se adeuda" "Decía el amigo de Fernández que los ojos son siempre solteros. Y que esos cruces son simples proyecciones de fantasías inútiles y que incluso son benéficos: cuando no molestan, levantan la moral" "Esa fiebre de los comienzos del amor es tan dulce y cruel, y uno envejece por dentro como si tratara de curarse de una adicción mientras espera la próxima dósis"