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Sinopsis de LA SANTA BIBLIA

Un conjunto de libros canónicos que en el judaísmo y el cristianismo se consideran producto de inspiración divina y un reflejo o registro de la relación entre Dios y la humanidad.

69 reseñas sobre el libro LA SANTA BIBLIA

Si quieres leer un enorme libro en que hay acción, guerras, sexo, incesto, cobardía y mata zas brutales de seres humanos en nombre de un Dios cruel, vengativo y picajoso, no lo dudes: este es tu libro. No puedo entender como una religión se puede sustentar en estos libros, que consideran su base y fundamento (son sagrados). Simplemente al leer él Génesis, ya alucinas. Hay individuos fundamentales en esta religión que fueron genocidas implacables arrasando ciudades y matando a hombres, mujeres y niños, siguiendo el liderazgo de su Dios. Insisto: hay que leer este libro para conocer la religión Cristiana. Le pongo esta calificación porque el estilo es bastante duro.


¡Uno de los libros más peligrosos de la la historia, si lo entiendes como verdad! Ahora bien, si lo tomas como es, sin duda es uno de Miles de historias de ficción que están escritos a los largo de la historia. Por cierto, el antiguo testamento es una de las muestras más crueles de un dios Vengativo, Machista y loco.


Es un libro de fábulas bastante violento, completamente prescindible y que ha hecho muchísimo daño desde que se escribió hace unos 1700 años


No hay ningún libro que se pueda comparar con las santas escrituras, cada palabra inspirada por el Espíritu Santo


Leo vuestras críticas y las entiendo. Las positivas y también las negativas. Pero, atended, la Biblia, ¡¡¡NO ES UNA NOVELA!!! No es para leerla de seguido. Es para sumergirse en ella en aquellos momentos en que la soledad, el temor, el desamor y otras lindezas semejantes se adueñen de nosotros y no tengamos cerca un hombro amigo en el cual recostarnos. Para eso es la Biblia.


Lo comencé. ...lo dejé. ....lo.comencé. ..lo dejé. ....lo comencé. ....lo dejé. ....


AMO LA LITERATURA ANTIGUA Casualmente este fin de semana (en el que estreno i cuenta de ALIBRATE) estuve releyendo algunos pasajes del Antiguo Testamento, ese libro en el cual se fusionan la literatura fantástica, lo biográfico, lo histórico-pastoral y la narrativa apocalíptica; y que llegó a nosotros en un tren de traducciones del griego, el copto y el arameo. Básicamente me dediqué a releer las escrituras hebreoarameas que hablaban del Rey David de Israel: los dos libros de “Samuel”, el primer libro de los “Reyes” y los “Salmos”. A mis lectores judíos les comento que este comentario sobre el Antiguo Testamento de los cristianos se corresponde con los “Neviim”, que es la segunda de las tres partes en que se divide el “Tanaj”. Ya sea Tanaj o Antiguo Testamento, la cosa es que hay un pasaje que siempre recuerdo y hasta confieso que pude capitalizar en varios aspectos porque lo considero motivador. Estos libros, como los del Corán o los textos védicos pre hinduistas son de un riqueza estética y literaria que, independientemente de lo confesional, son altamente recomendables. Dios no existe, pero la buena literatura sí y en abundancia. El pasaje que rescato en esta breve nota se encuentra en el primer libro de los Reyes en el que se relata cómo David instruye a Salomón. A su muerte el Rey David dejaba inconcluso el sueño de construir un gran templo. Durante su reinado de 40 años había acopiado materiales (oro y madera) para tal fin. En su lecho de muerte le dijo a su hijo Salomón, quien había heredado su trono, que construyera lo que luego sería “El Templo de Jerusalén” o “Beit Hamikdash” ubicado en el llano del monte Moria. David no le dijo a Salomón que lo intentara, le dijo que se esfuerce, que se anime y que lo haga. “Intentar” no es “hacer”, en la voz “intentar” se atisba una duda que está ausente en “hacer”. “Hacer” es no tenerle miedo al fracaso, “intentar” es abrir la puerta a esa posibilidad. En mi interpretación del texto, el “hazlo” de David a Salomón no fue un imperativo autoritario, fue sólo el consejo de un padre sabio que sabía muy bien la diferencia entre “intentar” y “hacer”. Los textos religiosos estallan de historias como esta. El género fantástico (entre otros) habita la Biblia para deleite de sus lectores.


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