LA SAL DE LA TIERRA

Es un libro muy entretenido, ambientado en la siempre interesante edad media en Europa, narra la vida de Michel de Fleury, un comerciante que intenta ganarse la vida y hacer prosperar a su ciudad gracias al comercio, y aprovechando esto, se hace una interesante reconstrucción de la época con el nacimiento de los gremios, las cruzadas, los mercaderes, las ciudades, y sobre todo las intrigas políticas, los celos, las envidias y normas que castigaban con dureza la libertad de expresion, el adulterio o la homosexualidad, y los mercaderes que buscan sobrevivir , intentando prosperar incluso haciendo avanzar a la ciudad con construcción de puentes o limpiezas de fuentes están constantemente sometidos (como el resto de ciudadanos) a impuestos abusivos, peajes, tasas y diezmos para mantener a políticos, funcionarios, clero, nobles y demás, menos mal que estos tiempos han quedado atrás (nótese la ironía) . En definitiva es un libro que me ha gustado y pese a su longitud no se me ha hecho pesado pues siempre están pasando cosas y estás deseando saber como va a salir el bueno de Michel del siguiente problema, o cual será la siguiente treta de sus enemigos que están más interesados en seguir explotando al pueblo, mantenerlo en la ignorancia, mientras lo mantienen a base de limosnas, que en que esa gente prospere por si misma y gane su sustento con su trabajo. Lo que no me ha gustado es una reseña que sale en la contraportada que pone que es como Ken Follet pero mejor....eso es muy discutible... cierto que puede compararse a Los pilares de la tierra por la época y por valerse de la vida del protagonista para hacer un retrato de la época, pero se parece a ese y a la mayoría de novelas históricas ambientadas en este período. Libro recomendable si te gustan las novelas históricas, y además es una trilogía asi que hay historia de los de Fleury para rato.

Un gran libro el mejor que e leído

Me ha gustado mucho. Enganchada de principio a fin.

Muy recomendable. Mantuvo mi interés despierto de principio a fin, tanto ésta primera entrega como la segunda, titulada La Luz de la Tierra.

Siendo este, el primer libro de Daniel Woolf que he leído, me llevó una grata sorpresa, sorprendentemente ágil en el retrato de un período de la historia que resulta prolijo en historias que, por sí sola, son suficientes para construir una novela. Al leerla, aunque no lo deseo, la veo por momentos, como si fuera una extensión de Los Pilares de la tierra, de Ken Follet. Como si esta historia se desarrollara en el pueblo vecino, mientras en Kingsbridge lidiaban con sus propias cuitas. Exhaustiva en investigación histórica, se adentra en el mundo nada fácil de quienes, en su momento, permitieron el avance de la sociedad medieval; me refiero a los mercaderes. En modo alguno, resulta tediosa, por el contrario, página tras página nos invita a continuar viendo cómo se desarrollan los infaustos amores de Michel e Isabele. Historia que se desarrolla con el telón de fondo de una de las más famosas cruzadas a Jerusalén; la tercera. Mientras eso ocurre, en Varennes, la vida es difícil, se enfrentan a las guerras intestinas, las luchas de poderes locales y lo más importante, a las ambiciones desmedidas de la iglesia. Aunque, la ficción es parte esencial de La Sal de la Tierra, nos deja entrever el nacimiento de ciudades-estado que, posteriormente, se convertirían en pilares de económicos en la Europa Medieval.

Muy buena novela en el estilo de Los pilares de la tierra. Ambientada en la alta edad media, narra las vicisitudes que tienen que pasar los miembros del gremio de mercaderes para avanzar en su ciudad. Es un libro muy extenso, aunque a pesar de ello no decae, aunque el último tercio se me ha hecho algo más pesado. Tiene todo lo típico para crear una novela interesante, un bueno muy bueno, enamorado de un amor imposible y que se enfrenta a los malvados que quieren acabar con el. Si no tienes miedo a una novela de mil páginas adelante, no defrauda.

A pesar de su considerable extensión (805 páginas), la he devorado en apenas 20 días. Me sumergí inmediatamente de lleno en la historia de Michel y su lucha por liberar de la opresión a su amado pueblo: Varennes Saint-Jacques. Adoro cómo el autor ha sabido conjugar en un mismo escenario los hechos y personajes ficticios con los históricos. Sin duda es apasionante. Las últimas 200 páginas se me hicieron un poco más pesadas, pero no perdí en ningún momento interés por la novela. Muy recomendable.

Se me hizo pesado en algún momento, pero por lo general un muy buen libro histórico, con personajes valientes en medio de una vida en la cual todos mandaban más que uno.