Érase una vez una ciudad llamada Celobert. Allí convivían animales de todas las razas, sin amos, ni leyes, pero... No, éste no es un cuento rosa. También en un lugar así pueden esconderse la ambición política, la traición, el abuso de los fuertes, el gobierno del miedo. Por suerte, la injusticia permite sacar a la luz el heroísmo que algunos llevan dentro.