«Y esta sabiduría que ha conquistado al precio de tantos esfuerzos, el sabio no tiene más deseo que transmitirla a aquellos que viven junto a él o que vienen a visitarle. Pero, ¡cuánto tiempo se necesita para que puedan asimilarlo. La única cosa que el sabio puede pues comunicar inmediatamente, es la alegría que extrae de esta sabiduría, esta alegría que llena su corazón, que desborda de su corazón, y la risa es la expresión de esta alegría que también se la puede llamar amor.» Omraam Mikhaël Aïvanhov