La fenomenología hermenéutica de Martin Heidegger quiere ser una verdadera revolución filosófica en contraposición con las visiones del mundo en general, representadas por las diferentes tradiciones metafísicas, por el idealismo y por concepciones filosóficas más recientes, siguiendo el modelo de las ciencias: metafísica inductiva, positivismo, psicologismo. Frente a todas ellas, Heidegger afirma que la filosofía debe volver a centrarse en su lugar más propio y natural: el mundo de la vida. Pasos importantes hacia este centro han sido dados por Husserl. Pero Heidegger se opone también a Husserl por considerar que la fenomenología de éste no llega a plantearse los problemas fundamentalmente de la filosofía, siendo así inconsecuente con su principio: a las cosas mismas. En este libro se quiere hacer ver que Heidegger se plantea estos problemas ya desde el comienzo de su docencia. En oposición a la fenomenología de Husserl y a su concepto de conciencia, nuestro autor propone, desde el comienzo, una fenomenología hermenéutica, fundada en un Dasein que en su mismo ser es temporal e histórico.