El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles –guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares– a lo largo del agitado siglo XIX. La revolución de julio de 1854 fue el estallido de una situación política insostenible, fruto de un tiempo en que la conspiración, como sugiere Galdós, era prácticamente la ocupación nacional favorita. Interrumpido en el episodio anterior –«Los duendes de la camarilla»– el diario de Pepe Fajardo, proveniente de Narváez, da ameno conocimiento de los hechos históricos, con los que se entrevera una romántica historia de amor.
Hay que leer despacio este Episodio porque es muy denso en acontecimientos sutiles pero importantes. Revueltas para acabar con unas políticas absolutistas (no con la Reina, que era muy querida por los españoles, ingenuos hasta decir basta). En cualquier caso estamos a las puertas de acabar con el Decenio Moderado y conseguir que entre algo de aire en este país, que sigue oliendo a sacristía mal ventilada.