De todas las profesiones liberales la profesión médica es quizás la que más frecuentemente suscita la intervención de Derecho Penal. Ello se debe sobre todo a su directa relación con los dos bienes jurídicos más preciados del ser humano: la vida y la salud. Errores y negligencias que en otras profesiones no salen del ámbito estrictamente corporativo o todo lo más disciplinario, pueden constituir para el médico una fuente cada vez más abundante de procesos penales, en los que, además de la correspondiente indemnización, se le puedan imponer sanciones penales que van desde la multa y la inhabilitación profesional hasta la prisión.