Sinopsis de LA PRINCESA DE EBOLI

Perteneciente a la alta nobleza, Ana de Mendoza contrajo matrimonio con Ruy Gómez de Silva, príncipe de ÉboliAna de Mendoza y de la Cerda, más conocida como princesa de Éboli, es uno de los personajes más atractivos y controvertidos de la Corte de Felipe II. En parte por su inquietante belleza, que su famoso parche en el ojo hacía másprovocativa, en parte por sus vaivenes de fortuna, que la llevaron de los salones más lujosos hasta la lóbrega prisión dePastrana. ¿Quién quería asegurarse de su silencio?

3 reseñas sobre el libro LA PRINCESA DE EBOLI

Manuel Fernández fue y sigue siendo fuente imprescindible a la que acudir, si uno quiere acercarse con rigor y seriedad a personajes y épocas en la frontera de la edad media y moderna, pues esta es su especialidad. Rata de archivo, le gusta rodearse, sobre todo, de cartas oficiales, su principal virtud y defecto, pues por un lado, conocemos los pensamientos, matices y secretos de puño y letra, pero la incorporación de estos documentos hace algo farragosa la lectura por mucho que el autor trate de trocearla y limpiarla. Aunque pueda parecernos poca cosa, Ana Hurtado de Mendoza fue una mujer adelantada a su época. Descendiente y única heredera de aquellos Mendoza que coronaron a la católica Isabel, acordaron su matrimonio con Ruy Gómez amigo de la infancia de Felipe II y por tanto, privado del rey. Como la nobleza de Ruy, estaba por debajo de la Mendoza, se le concedió el titulo de príncipe de Éboli y tras el matrimonio, Ana también lo obtuvo. ( que rancios eran) ¿Y qué méritos hizo para considerarla mujer adelantada? Pues básicamente lo que le dio la gana. Valiente, testaruda y pasional, no le faltaron redaños para darle calabazas al rey ( hay quien sostiene que fueron amantes...yo creo que no, y así acabó) Fue favorita de la Valois ( tercera esposa de nuestro viudo negro Felipín) no conformándose con bordar, principal labor de las damas de la corte, fue cómplice de las travesuras y excursiones de la pequeña reina. Fundó varios conventos teniendo sus más y sus menos con Teresa de Jesús, en especial a la muerte de su marido, pues ingreso en el convento como monja, si, pero llevándose a todas sus damas. ( hubiera pagado por verlo) Poco duro su enlace con dios, gustándole más las virtudes de Antonio Pérez, secretario del rey y enemigo acérrimo de Escobedo, también secretario Real. Y aquí empezaron sus desgracias, pues Escobedo fue asesinado y se culpo a la Éboli y al señor Pérez. No os cuento más, pero como último apunte, hay mucho paralelismo en las vidas de Ana de Mendoza y Juana de Castilla aunque a la primera no consiguieron demostrar su locura, si se encontraron otras fórmulas para que sufriera como Juana. La muerte social. El esquema de Fernández es fundamental, primero nos pinta un retrato de la sociedad, concretando después el papel de la mujer renacentista e incidiendo aún más, en la mujer de la corte. Bien orientados, nos conduce finalmente por la apasionante vida de esta mujer, con sus defectos, pero que no se arrendo ante nada ni nadie. ¿Fue razón de su desgracia la muerte de Escobedo o las cobras que le hizo a Felipe en sus reales alcobas? ¡¡Hagan sus apuestas!!


fácil lectura con capítulos cortos y ágiles, pero le falta entrar más en profundidad en los hechos.


Una lectura que se lee rápido, es amena y te da a conocer un poco de una mujer como poco, peculiar, aunque no tan impresionante como la pintan los historiadores.


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