Lo que "el gol de la mano de Dios" de Maradona es para los aficionados al fútbol, "la partida inmortal" lo es para los fanáticos del ajedrez: una de esas cumbres que se alcanzan con una combinación nunca vista de genialidad, descaro, destreza y aprovechamiento del contrario. Siguiendo el hilo de esa partida irrepetible, que se jugó hace más de 150 años en Londres Shenk trama la apasionante historia del juego.