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ARTE Y ARQUITECTURA

LA OBRA DE ARTE EN LA EPOCA DE SU REPRODUCTIBILIDAD TECNICA

WALTER BENJAMIN

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Sinopsis de LA OBRA DE ARTE EN LA EPOCA DE SU REPRODUCTIBILIDAD TECNICA

1 reseñas sobre el libro LA OBRA DE ARTE EN LA EPOCA DE SU REPRODUCTIBILIDAD TECNICA

Walter Benjamin escribió el ensayo “La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica” en un contexto dificultoso y preocupante propiciado por el creciente poder del nazismo y el fascismo. Para 1933, cuando el filósofo empezó a esbozar el ensayo, ya era un exiliado. Su análisis marxista fue su modo de intervenir en la lucha contra el fascismo a través de una crítica de la cultura que aspiraba a ser revolucionaria. La esperanza de Walter Benjamin era que el arte, que distraía a las masas, tuviese en sí mismo el antídoto social que evitara la catástrofe. Más allá del contexto y la lucha social por la cual emergió, el texto abre diversas cuestiones inherentes al mundo artístico. Para quienes amamos el arte, “La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica” es un ensayo esclarecedor. Hay algo intangible rodeando a una obra de arte, una esencia que únicamente se puede percibir en su presencia: el aura. Cuando leí el ensayo por primera vez mientras estudiaba Comunicación, me enamoré del texto por las reflexiones que me despertó. Se hacen manifiestas las implicancias de las transformaciones históricas sobre el arte. Benjamin lo explicó muy bien, la obra de arte siempre ha sido reproducible. “Lo que el hombre había creado, podía ser copiado por el hombre.” Sin embargo la reproducción técnica de la obra de arte, a inicios del siglo XX, era un fenómeno que había evolucionado velozmente y radicalmente novedoso: la reproducción técnica de la escritura (imprenta), del dibujo (litografía), de la imagen (fotografía y cine) y del sonido. La cuestión principal radica en que la reproducción técnica no sólo puede tomar por objeto todas las obras de arte del pasado y modificar sus efectos, sino que, a la vez, también conquista su propio lugar entre los procedimientos artísticos y crea nuevas formas de arte. “Hasta la reproducción más perfecta tendrá siempre algo que falta: el hic et nunc [aquí y ahora] de la obra de arte (...) Las nuevas condiciones a las que puede llevar el producto de la reproducción quizás dejen intacta la existencia misma de la obra de arte, pero en todo caso resultan en una devaluación del hic et nunc (...) Lo que se atrofia es su aura (...) La técnica reemplaza el lugar de la existencia irrepetible por la repetición masiva. Y actualiza el objeto reproducido al permitirle a su reproducción salir al encuentro de cada destinatario en su respectiva situación”. El arte gana y pierde. Pierde su aura y gana en progresismo y alcance masivo. La reproducción le gana terreno a lo irrepetible y a lo inaccesible. Ahora bien, yo me pregunto: ¿se pierde el aura? ¿o se atrofia como dice Benjamin? Quizás se transforma sin necesariamente perderse. Recuerdo que en el aula debatimos el caso de la Mona Lisa. La reproductibilidad técnica posibilitó que se utilizara el cuadro de Leonardo como símbolo, como imagen de marca y que circule su fotografía masivamente. La pintura es tan famosa que las expectativas que crea a su alrededor son muy elevadas. Muchas personas que estuvieron en el museo Louvre en París y pudieron verla en persona me comentaron que se desilusionaron al verla. Esperaban más. ¿Qué esperaban? No lo sé, pero lo seguro es que la divulgación masiva de la pintura tuvo un efecto. Cuando yo viajé a París y me encontré con la Mona Lisa, tenía muy bajas expectativas. La consideraba una pintura más entre muchas. Tengo que admitir que prefería a Rafael sobre Leonardo Da Vinci. Pero verdaderamente me impactó. Hay algo indescriptible en palabras que emana de sus pinceladas y una magnificencia en su presencia. Ese día percibí y reconocí el aura del cuadro. Cuando leí a Benjamin entendí a qué se estaba refiriendo. Para el filósofo el aura forma parte del ser de las cosas en el mundo, de su propia naturaleza. La lectura de este ensayo tuvo gran valor para mí porque me hizo tomar conciencia de la existencia del aura. Siento que los tiempos que vivimos nos hacen perder mucho por su vertiginosidad. La reproductibilidad técnica nos alcanza el arte en todas sus formas, las ciudades y los paisajes. Hoy podemos hacer visitas virtuales de los museos y recorrer montañas y desiertos lejanos a través de filmaciones. Eso es maravilloso, siempre y cuando, no nos atrofie la vivencia de estar presentes. Cuando la oportunidad se presente y podamos visitar aquel paisaje o museo deseado, que la experiencia no esté manejada o consumida por la tecnología. Sentir el aura, sentir aquello intangible, la esencia, implica abrir nuestra percepción y estar presentes para vivir.


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