LA MUJER DE WAKEFIELD

EDUARDO BERTI

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Sinopsis de LA MUJER DE WAKEFIELD

Cuando hace dos años dimos a conocer Agua (Andanzas 353), tras ser publicado por Tusquets Editores Argentina en 1997 con un clamoroso éxito de crítica y público (y traducciones en Francia y Gran Bretaña), ya augurábamos un prometedor futuro para Eduardo Berti. Con su segunda novela, La mujer de Wakefield, se confirman definitiva y plenamente nuestras expectativas.   En ella, Eduardo Berti da una vuelta de tuerca al famoso relato Wakefield de Nathaniel Hawthorne,otorgándole una perspectiva nueva y conmovedora al convertir, con extrema destreza, a la esposa abandonada y sumisa en protagonista de una historia de indudable actualidad.   En el seno de un respetable matrimonio londinense del siglo XIX ocurre un día un hecho insólito: Charles Wakefield, el marido, le dice a su esposa, Elizabeth, que debe salir de viaje por unos días. Al poco tiempo, Elizabeth descubre la absurda realidad: su marido lleva una vida furtiva a pocas calles de su casa. En una sociedad en que una mujer sin marido no es bien vista—y en la que, como trasfondo, aparece el «movimiento luddita» contra las máquinas de la Revolución Industrial—, la mujer de Wakefield descubre que debe valerse por sí misma, y decide desentrañar qué ha motivado la huida de Charles. En sus pesquisas, y durante la espera, que será de años, la esposa abandonada aprende a medir el paso de los días y el peso de la vida.

1 reseñas sobre el libro LA MUJER DE WAKEFIELD

LA MUJER DE WAKEFIELD (1999) del escritor Eduardo Berti es una novela entretenida, de lectura veloz (se deja leer, diría mi abuelo) que se construye como el reverso del conocido relato de Hawthorne. En ese relato, recordemos, hay una narración sobre una historia que se asevera que es real y trata sobre un tipo (Wakefield) que un buen día se va de su casa, abandonando a su esposa y su rutina para vivir escondido en un departamento alquilado FRENTE A SU CASA. . . El relato deja abierto un gran paréntesis respecto de uno de los personajes de esta historia ya que conocemos bien que hace Wakefield pero no sabemos nada de su esposa. Bien, Berti tuvo la idea de construir un relato desde ese paréntesis. Nos encontramos, entonces, con una inversión del enfoque. Nos adentramos, entonces, en la vida del personaje que espera. . . A primera vista parece no haber demasiada trama, pero justamente en esas omisiones es donde mejor trabaja la literatura. Me recordó producciones desprendidas de otros textos que podríamos llamar el texto madre: La mayor de Saer como una reescritura de Proust, Kohan reescribiendo a Borges, Borges reescribiendo a Hernández (y a mil mas, pero pensaba en "El fin"). La literatura como una forma aberrante, que crece donde se supone que ya no hay nada, solo vacío. Y precisamente porque encontramos un vacío esa luminosa forma de llenarlo que llamamos relato.