Dieciocho cuentos excelentes de uno de los maestros del género en México. Su prosa, aligerada por la variedad de temas abordados, contiene un estilo conseguido a golpe de escritura cotidiana en el noble ejercicio periodístico y literario que lo ha hecho uno de los grandes de la narrativa corta contemporánea.
Es un cuento sencillo, pero no por eso evita hacer referencia a diversos sitios rurales gobernados por personas autoritarias, que por estar lejos, es más difícil pedir ayuda. Te hace pensar en que si bien está inspirado en una época anterior a la nuestra, la situación se repite en diversas partes, y las personas inconformes y cansadas de ser pisoteadas, pueden actuar de forma muy violenta y aún cuando no sean amigos pueden unirse en un bien común.
Cuando uno ha dejado que la erosión del fracaso destruya los grandes anhelos, se deja dominar por los pequeños, que resultan ser más fuertes, más apremiantes." [Asunto de dedos]
Matilde se lamentaba de lo que yo ya no me lamento —lo difícil de una vida a la que uno es cercado a resignarse—" [Asunto de dedos]
Noches tan largas, que hay tiempo para acomodar en el cerebro todo el universo, todas las sensaciones, todas las ideas, los sentimientos, lo que se ha sido, lo que no se ha sido, lo que se ha querido ser." [Asunto de dedos]
Y esa amargura de quienes prendieron sus ojos a un ayer que simbolizaba la perfección de la sociedad, ensombrecía nuestra infancia, porque nuestros mentores nos transmitían su falta de fe en la vida que nos iba a tocar vivir." [La infancia prohibida]
Y nos hacían compartir ese rencor, creándonos una conciencia de despechados." [La infancia prohibida]
De lo poco que sé y de lo mucho que conozco, entiendo que el grano humano que se arroja en la tierra no tiene tiempo exacto para fructificar." [Se solicita un hada]