Han pasado unos cuatro años desde el inicio de la Plaga Errante. Una joven superviviente (Eva) decide abandonar su grupo para dirigirse a Cíbola, una de las pocas ciudades en poder de los humanos. Allí conoce a un extraño niño (Ismael) que afirma ser un robot y que insiste que ambos deben abandonar la ciudad para dirigirse a un misterioso destino en el Norte, que aún no quiere revelar.
Es una novela de terror postapocatiptico, un relato desgarrador de la supervivencia humana. Es una trama que recoge los últimos días de la civilización tal y como la conocemos y tras sobrevivir a la sobrecogedora pandemia que hace que los muertos vuelvan a la vida, los supervivientes se enfrentan a la tarea de llegar al final de cada día. Dos jóvenes supervivientes, Eva y Robinson, intentan sobrevivir en eun mundo plagado de asesinos Errantes. Un misterioso niño poseedor de un oscuro secreto, Ismael, les conducirá hacia el norte a través de un camino lleno de peligros que acabará convirtiéndose, al mismo tiempo, en su única esperanza. Los tres han de caminar juntos hacia la salvación o hacia la muerte. La trama tiene un ritmo ascendente y con unas descripciones bien realizadas. La forma de escribir es amena, ligera con buen lenguaje, en definitiva, bien escrita. Me ha gustado muchísimo, no se me ha hecho para nada pesado sino que tenía ganas de no parar de leer. Me ha gustado mucho el desenlace final, con el giro increíble que tomaron los acontecimientos, además de haberme parecido especialmente un final diferente e innovador.