LA LUZ QUE NO PUEDES VER

Un buen vino tiene que ser necesariamente equilibrado y tender a la armonía entre vista, aromas y gusto. Un vino puede tener una potencia aromática muy buena, pero no ser tan equilibrado en boca. Es lo que me pasa con La Luz Que No Puedes Ver. La novela tiene un problema de equilibrio. Tal vez porque mis expectativas eran muy altas. Pero no estoy diciendo que sea una mala obra. Vale la pena de todos modos sumergirse en esta historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial con protagonistas que ya eran vulnerables en tiempos normales. El autor hace un esfuerzo notable para compartir con nosotros los mundos de una niña francesa no vidente, inteligente y sensible y un muchacho huérfano alemán amante de las radios, ambos con sus esperanzas, temores y carencias. Y es una linda historia que muestra cómo sus destinos se entrelazan en medio del horror, pero la historia a veces se diluye y a veces se hace obvia. Dos seres humanos entrañables. Uno que todo lo oye y una que nada ve. En una temática que ha generado obras numerosas, Anthony Doerr presenta una novela diferente. Buena, aunque no imprescindible.

La novela no tiene un ritmo muy rápido pero hace que te mantengas enganchada a sus páginas. Además los capítulos son cortos y eso hace que sea muy fácil de leer. También la historia nos transporta a Alemania y a Francia, de unos años a otros con rapidez pero en ningún momento hace que pierdas el hilo de la historia. Este libro nos hace metenernos en la profundidad de la Guerra pero contada desde 2 niños que raíz de todo eso tienen que madurar muy rápido. En cuanto a los personajes son maravillosos, porque sufres todo lo que les pasa y lo sientes como si le ocurriera a alguien conocido.Y la forma de narrar del autor hace que puedas percibir cada sentimiento.

La luz que no puedes ver Muy buena novela que se llevó el premio Pulitzer hace unos años. «Abrid los ojos y observad todo lo que podáis antes de cerrarlos para siempre». Ambientada en la Francia de la segunda guerra mundial, narra la historia de una niña que se queda ciega. Marie-Laure es hija del cerrajero del Museo de historia natural de París. Al quedarse ciega, su padre le construye en madera una miniatura a escala de su barrio para que pueda memorizar las calles y poder moverse con seguridad. Al llegar los alemanes a París deciden irse al oeste a Saint-Malo donde el hábil cerrajero construirá otra miniatura de la ciudad. En el viaje llevan un secreto que será el misterio de la novela. Por otra parte tenemos un niño alemán, Werner, que vive con su hermana pequeña en un orfanato. Este niño tiene una habilidad innata para reparar radios. Esto, llegado a ciertos oídos, hará que Werner abandone el orfanato para aprovechar ese don para servir a Alemania. Hay un aura de misterio y fantasía desde el principio que se mantiene hasta el final. Aunque la acción se desarrolla en periodo de guerra, el secreto que poseen padre e hija marca la historia. El libro está escrito con suma delicadeza, hay momentos que puede recordar a aquella película maravillosa de los 90 "La vida es bella" por la protección del padre a su hija ciega. Estructurada a base de capítulos muy cortos la narración pasa de Marie -Laure a Werner continuamente en dos espacios temporales que se van acercando. Los capítulos no van necesariamente en orden, esto hace que la historia vaya excesivamente lenta, a veces en puntos muertos un tanto aburridos. En el último tercio la trama coge mucho ritmo lo cual hace presagiar un gran final. Para mí, se desinfla en las últimas páginas. Quizás merecería un cierre mejor una novela que da dulce y amargor por igual. Después del desembarco aliado en Normandía en junio de 1944. Saint-Malo, Ciudad amurallada, aguantó hasta agosto el asedio norteamericano quedando prácticamente destruida. Fue el último bastión de lo que se llamó "El muro Atlántico" una serie de enclaves defensivos a lo largo de la costa atlántica llena de increíbles búnkeres que hoy en día todavía se pueden ver. En este entorno estaba Marie-Laure guardando un secreto misterioso. Un secreto que también deseaban los alemanes. «Niños, el cerebro está envuelto por una oscuridad total —dice la voz—. Flota en un líquido transparente en el interior del cráneo y jamás recibe luz. Pero a pesar de eso el mundo que construye en nuestra mente está lleno de luz, rebosante de colores y de movimiento. ¿Cómo puede ser que el cerebro, que jamás conoce una chispa de luz, construya en nuestro interior un mundo lleno de luces?» Hay serie en Netflix, dicen que bastante simplificada, no veo en el reparto a Volkheimer el gigante amigo de Werner.

Más que un relato bélico, es la desgarradora historia de una infancia destrozada por la guerra, una historia sincera que ilumina la parte más humana de las personas durante esos tiempos tan horribles. Marie-Laure es una chica ciega que al estallar la guerra se instala en Saint-Malo en casa de un tío-abuelo, y Werner es un inteligente huérfano alemán que se encuentra en el centro de juventudes hitlerianas. Las historias de ambos son contadas por separado con sensibilidad y simpatía, siendo cada uno de ellos forzado a seguir un camino por sus circunstancias personales y por la guerra. Desde la primera página hasta la última hay un tema recurrente de interconexión entre los dos, de líneas invisibles que corren paralelas y sólo a veces se cruzan de las formas más extrañas. Ninguno de los dos parece tener el control sobre su vida o su destino, pero ambos parecen muy fuertes y sólidos dentro de ese contexto de la guerra y las circunstancias que les toca vivir. En un lacrimógeno final, los dos personajes acaban encontrándose brevemente. En torno a ellos hay una trama secundaria que gira en torno a un hombre, un alto mando alemán decidido a encontrar un diamante precioso de valor incalculable que sacó el padre de Marie-Laure cuando trabajaba en el Museo de Historia Natural para esconderlo del expolio nazi. Aunque su búsqueda se convierte en una fuerza motriz de la novela y en una fuente de gran parte de la tensión, el hombre en sí mismo nunca llega a ser el centro de atención como lo son los dos niños o esos otros personajes secundarios. El diamante también está rodeado de una leyenda, lo que da al libro la sensación de un cuento de hadas adulto. No quiero contar mucho más del argumento, pero es un libro que sin duda recomendaría a cualquier amante de la lectura. Anthony Doerr es un narrador magistral, los personajes están muy bien desarrollados, a algunos les tienes especial cariño como al padre de Marie-Laure y a su tio-abuelo, a otros los odias a muerte, y otros caminan por una línea difusa ente el bien y el mal. La forma de escribir de Doerr es casi perfecta, con mucha delicadeza crea escenarios y circunstancias tan vívidos que casi puedes saber cómo se sienten los personajes. El libro está hábilmente estructurado en capítulos muy cortos con saltos en el tiempo en los años 1940, 42 y 1944, con una prosa dolorosamente brillante. Si vas a escribir un libro con una niña ciega de protagonista, más te vale que nos hagas “ver” las cosas, y Doerr lo hace de forma increíble. Su objetivo no es describir esa historia, sino ponernos en la mente y en la piel de esos adorables personajes. El título del libro no sólo hace referencia a la ceguera de Marie-Laure, sino a que debajo de la superficie de la guerra hay luz (historias) que no se han contado. Doerr da significado a lo insignificante, explica la oscuridad en la ceguera, encierra el mundo en una gota de rocío, con una esperanza subyacente, un rayo de luz en la oscuridad de la trama, todo ello con una escritura casi mágica que ha superado en mucho mis expectativas. Más que recomendable.

"La luz que no puedes ver" de Anthony Doerr es una cautivadora historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial que se destaca por su narrativa envolvente y su habilidad para transmitir la angustia de la guerra. Con capítulos cortos que facilitan la lectura, la trama entrelaza las vidas de Marie-Laure, una niña ciega francesa, y Werner, un huérfano alemán con habilidades técnicas excepcionales. Aunque la novela no alcanza la grandeza de algunas obras del género, la trama es bien construida y las descripciones son evocadoras. Doerr logra transmitir las complejidades del conflicto, haciéndote sentir la tensión y la tragedia de la época. Es una obra que, si bien no redefine el género, logra emocionar y ofrece una lectura envolvente y reflexiva.

La Segunda Guerra Mundial contada desde el punto de vista de dos niños, un niño alemán y una niña francesa. Me costó engancharme, pero lo conseguí. Me alegro de haberlo leído

El caso es que la trama me gustaba pero no sé porqué razón, con dos intentos no me ha enganchado, quizá lo vuelva a intentar más adelante.

Le pongo 4 estrellas porque hubo momentos al principio en el que me parecía un poco pesado, me daba mucho sueño y además con los saltos del tiempo que tiene y de personajes me revolvía un poco. La historia es increíble, te hace tal cual estar en la época de la guerra. Los últimos capítulos me hicieron llorar, al imaginar el dolor, la tristeza de ver las ciudades destruidas, el hambre, la falta de bondad en algunos soldados, como los "buenos" se convierten en "malos" y los horrores que solo la guerra puede traer. Gracias a Dios no he vivido eso en carne propia, pero no significa que no me llegue hasta el fondo de mi corazón estas escenas en mi cabeza. Muy triste pero real, debo decir que primero vi la mini serie de netflix y si efectivamente la endulzaron, y solo por eso me gustó mas la serie por el final "Feliz" que tiene, este final es mas crudo por lo tanto más real.