Sinopsis de LA LUZ DIFICIL

Jacobo ha decidido morir. Un accidente de tráfico lo ha dejado parapléjico y con dolores tan fuertes que le hacen la vida insoportable. David, su padre, se enfrenta a la más dura de todas las pruebas: ser testigo del proceso. Mientras Jacobo viaja a un lugar de Estados Unidos donde su muerte sea posible, David soporta en Nueva York las horas aferrándose a la esperanza de una inevitable pregunta: ¿se arrepentirá su hijo en el último minuto?Casi veinte años después -con la visión desgastada y el espíritu atento- David reconstruye su vida en Nueva York, sus días de pintor prolífico, el accidente de Jacobo y, sobre todo, los momentos de espera junto a su familia, mientras su hijo se dirige al destino que ha elegido. El estupor del dolor no le impide presenciar la belleza con infinita atención, y su relato se convierte en testimonio de la vida misma, tan inmensa y poderosa que incluso contiene la muerte.Esta potente y emotiva novela representa de manera lúcida la narrativa de un autor que siempre se ha interesado por explorar la cercanía de los opuestos, mostrándonos que cuando la muerte es inminente, no queda más remedio que contar y reivindicar la vida. Aquí las palabras y los silencios son igual de intensos. Una vez más, Tomás González nos conmueve con el poder de las cosas que se saben callar.

13 reseñas sobre el libro LA LUZ DIFICIL

Esta novela corta que se puede leer en una sola sentada me ha dejado cautivada. David relata el día en que va a morir su hijo Jacobo, mientras intenta lograr en su pintura el efecto de la luz sobre el agua. Es tal la riqueza del lenguaje de Tomás González, que las imágenes cobran vida casi con textura. Cuando terminé me fui directo a buscar quién es este escritor y me sorprendí con un titular que decía: “Tomás González, el secreto mejor guardado de la literatura colombiana”. Magnífica lectura!!!


Esta lectura me ha emocionado, pero con una emoción serena, tranquila... David narra la historia de su vida y su familia desde la distancia emocional que le dan sus 78 años. Nos cuenta casi al minuto el día en que su hijo Jacobo iba a morir; lo había decidido después de años de sufrimiento físico después de un accidente en el que había quedado postrado en una silla de ruedas y con unos dolores insoportables. En su narración de este día concreto, David salta en el tiempo y hace un repaso de su vida, su matrimonio, la familia que forma con su mujer, sus amigos... y su vejez, de vuelta otra vez a su país natal después de vivir varios años en Estados Unidos. La manera que tiene el autor de contarnos esta historia a través de la voz de David, que la escribe en su vejez y casi sin vista, es casi poética. Importancia fundamental en la narración tiene la luz, esa luz que David imprime en sus cuadros, es luz que lo ilumina todo y le da profundidad a la vida y a su obra. Esa luz la sientes y la ves a lo largo de la lectura, David te la hace ver a través de las palabras que escribe a medida que te va contando retazos de una vida plena dedicada a su pasión, que es la pintura. y la ves también en el relato de ese último día de vida de su hijo y en las horas de angustiosa espera con la íntima ( y quizá ilegítima) esperanza de que su hijo dude y dé marcha atrás. También la ves en la aceptación de su pérdida de visión progresiva que le ha apartado de la pintura... Me quedo con la última palabra de esta historia: ¡Maravilloso! 25 de abril de 2021


"Cruel es el lugar común de que la esperanza es lo último que se pierde." Tal vez no os vaya a descubrir nada, pero "La Luz Difícil" del escritor colombiano Tomás González es un puñetazo de sentimientos directo al corazón. Una de aquellas novelas que la ves, la ignoras, la vuelves a tener entre las manos, la vuelves a dejar donde estaba, la vuelves a mirar, una y otra vez, hasta que te preguntas a ti mismo ¿Por qué no? Tantas veces en tu camino, algo querrá decir, y vaya sí las tenía. Jacobo sufre un accidente de tráfico y queda parapléjico. Su final está escrito, tan solo queda esperar la hora de su muerte. Aparentemente es un inicio potente y muy duro, pero lo que encontrarás en el resto del libro es toda una declaración de cosas bonitas, de familia unida, de amor sin medida, de recuerdos, de memoria, de nostalgia, de anhelos. David es el padre de Jacobo, pintor y muy unido a su mujer Sara y a sus tres hijos. Entre los cinco se crea un lazo inquebrantable de vida, de amor verdadero sin adornos y sin excusas. A la familia, al prójimo, a las buenas personas. Un libro sobrecogedor, de un lenguaje sencillo, bello, estremecedor. Personajes muy bien construidos, tanto que parecen formar parte de tu propia vida, comunes, cercanos y amigables. Una novela muy dura en su contexto, pero preciosa en su intención. Me ha encantado, tanto que la recomiendo a todo amante de la lectura. Simplemente "marabillosa". 10/10


Es la primera de las obras que leo de el hasta hoy, para mi, desconocido autor colombiano. Me ha dejado una grata impresión. Nos cuenta la historia de alguien quien espera el viaje hacia la muerte de su hijo. Trata la eutanasia como un bien que reporta la liberadora elección de cómo y cuando morir, para quienes han perdido, por motivos objetivos, cualquier posibilidad de alcanzar una vida digna, alejada de sufrimientos y penas estériles. No me gusta la expresión de una muerte digna. La dignidad nunca puede ir asociada a la muerte, este fin, que a todos aguarda sin remisión, no se puede dignificar, enaltecer, pero si paliar y suavizar y esa no es otra cosa que la única actitud que justifique la eutanasia. Pero la historia no se ciñe a crear proselitismo a favor de la libre elección de la muerte, sino que, estos personajes que pululan, respiran, sienten y padecen es las páginas de esta obra se aferran a una esperanza siempre latente y sostiene el vilo de la trama creativa. Siempre hay una llama alentadora agazapada tras todas y cada una de las páginas que configuran esta novela, corta pero bella, desgarradora y vivencial. Entre sus personajes entrelazados en sucesos y hechos que se recuerdan o suceden en constantes vaivenes entre un rememorado pasado y hechos presentes, perfectamente delimitados y perfilados siempre está la clave de qué sucederá al final, cual será la decisión última que nos traiga un colofón menos amargo. Qué difícil es acortar la lista de lecturas pendientes con este elenco de magníficos lectores-reseñadores que sois. Siempre, cuando crees que la lista está clausurada, me venís con una deliciosa reseña que me incita a nuevas lecturas, un hermoso comentario que excita la curiosidad y me hace reabrir la inacabable lista. Seguid así...


Una brevísima novela sobre las pérdidas y el duelo. Sobre los gozos y el infierno. Sobre las raíces y el nomadismo. Y que también habla de la inevitabilidad de algunas decisiones, del libre albedrío, de la valentía que se necesita para vivir y el heroísmo que se requiere para morir, de lo que sembramos en la tierra y lo que llevamos allá donde vamos cuando nos convertimos en recuerdos. Simple, dura y profunda.


Novela corta que nos describe de manera magistral el deterioro y la muerte de un hijo vista desde los ojos de unos padres, que no tienen otra opción que seguir con su vida, sobreviviendo, y atendiendo a sus otros hijos. Sentimientos, amor de pareja, visión artística de la vida, intimidad. El escritor colombiano nos describe la atrocidad y crueldad, a veces, de la vida, desde los ojos de un padre que van perdiendo la luz a medida que se acerca el final. Me ha gustado mucho


Buen libro; simple pero a la vez lleno de emociones, sentimientos, profundidad, belleza y dolor conmovedor pero no dramático. Me gusta mucho la forma de escribir de Tomás González, en apariencia es sencilla pero transmite y conecta magistralmente con los personajes y sus tiempos y espacios.


Vivir a pesar de todo, a pesar de atravesar por la experiencia más dura que puede sufrir una persona, no le queda, a esta, más remedio que dejar que la vida siga. Esta novela corta es muy emocional, sin caer en dramatismos exagerados porque no le hace falta. Tomás González nos plantea el dilema de un padre que tiene que respetar, y aceptar sin fisuras, la voluntad de su hijo adulto. Y no se trata de ningún capricho. Jacobo, el hijo, ha decidido morir y David, el padre, nos cuenta como tuvo que lidiar con ello y con el hecho de que la vida sigue, a pesar de todo. Es una obra magnífica, bien escrita y muy elegante. Un tema muy complicado de tratar (a mí me está costando abordar este intento de reseña) que el autor resuelve de manera impecable. Gracias a @esthern la descubrí y ha sido todo un placer.


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