Un libro dinámico con giros inesperados. El amor de un hombre por su comunidad le acarrea enemigos. El comercio como medio de vida y las rígidas reglas medievales mantienen el interés página a página.
Segunda parte de la Sal de la Tierra, tan buena como la primera, desde el primer momento te engancha y te atrapa la historia. Por poner un pero, es un poco previsible sobre lo que va suceder y te sorprende poco, pero lo recomiendo totalmente. Sí te gusta los Pilares de La Tierra, debes leerlo.
No fueron necesarios dragones o princesas encerradas en castillos, las intrigas que se suceden aquí, tienen una base más mundana. El autor se desplaza en la edad media como si hubiera vivido en ella y, por qué no, tal vez en una vida anterior. Tal como dije del libro anterior: La sal de la Tierra, el nacimiento de las ciudades, estados con todas las intrigas, ambiciones desmedidas y por supuesto la injerencia de la iglesia en la vida diaria, se retratan aquí, con solvencia, con la maestría de quien ha hecho de la investigación un placer y comparte con nosotros los resultados. La familia Fleury, tiene mucho que contar, los nuevos enemigos son más astutos y poderosos y, dedican su vida a buscar el beneficio que les da su odio hacia alguien en particular. En resumen, la obra en cuestión, no solo resulta entretenida, sino altamente ilustrativa de un período considerado como oscuro, pero, que considero que en realidad brillo con una luz diferente y que, autores como Daniel Wolfe nos enseñan a tener en mejor aprecio.