Una vieja dama implora a Maigret que la salve de un peligro: los objetos se mueven en su casa, la seguimos? ¿Está loca? No aparenta eso. Sin embargo, Maigret se decide demasiado tarde: la anciana es estrangulada en su apartamento. ¿Homicidio sin premeditación, debido posiblemente al pánico de un ladrón? No tenía dinero. Pero rastros de aceite en un cajón señalan la desaparición de un revólver. Los sospechosos son poco numerosos: una sobrina que frecuentaba a su tía para conservar la herencia; el hijo de ésta, que lleva una vida bohemia; el amante de la sobrina, el «barman» apodado el Gran Marcel. La investigación hurga explorando el pasado de la vieja dama, encontrando sólo a dos maridos perfectamente inofensivos.