A Silvia, la chica más guapa del instituto y de todo el barrio, se le presenta por fin la oportunidad de convertirse en una estrella del cine: André, un director polaco afincado en París, la contrata para hacer una película en la capital francesa. Y allí, en París, Silvia roza primero la gloria y después se topa con la decepción que producen los sueños incumplidos. Y todo ello la obliga a hacerse definitivamente mayor.
Mucho me temo que la ilusión, la fé, o como se le quiera llamar, es el arte de seguir adelante mientras el tiempo nos va llenando las manos de hermosas esperanzas rotas. Pase lo que pase el truco esta en seguir creyendo siempre.