Si curarnos y sanar ante la enfermedad es una ilusión de la humanidad tan antigua como ella misma, si conseguir que lo perecedero sea imperecedero , si además esta ilusión y deseo se terminan convirtiendo en una singular locura de nuestros días y si asimismo toda esta dinámica puede parecer como lo más normal del mundo ¿no sería lo más correcto preguntarnos qué podemos hacer para cambiar esta incansable dinámica demandante que no termina de culminar nuestros deseos de infinitud? ...