LA LLAMADA DE LO SALVAJE

Uso el pelo largo, soy de ojos claros y de complexión robusta. Me gusta cazar y pescar y no le hago el quite a los deportes extremos porque además, me gusta mucho la vida al aire libre. Soy amigo de mis amigos y creo profundamente en la lealtad a todo trance. Puedo amar hasta la devoción, pero también soy bueno odiando cuando me siento amenazado o percibo que los míos pueden estar en peligro. En esos casos no conozco la misericordia. En cuanto a mis opciones políticas creo principalmente en la libertad y en la protección de los más débiles, en que nadie de la manada, perdón, del equipo, se quede atrás. Ese soy yo. Y quisiera destacar en esto que es como la descripción de mi perfil, que tengo mucha capacidad de adaptación. Cuando he vivido en ambientes de respeto a la propiedad privada e impera la ley del amor y la fraternidad ando perfecto. Pero cuando prevalece la ley del garrote y el colmillo largo, acato la ley como el mejor. Me llamo Buck, soy mestizo como muchos, orgulloso hijo de mi madre Shep, pastora escocesa y de mi padre Elmo, del que heredé mi corpulencia, aunque no soy tan grande como él. Los humanos le dicen “San Bernardo” a los de su clase. Y a este señor Jack London se le ocurrió contar la historia de mi vida y para ello tuve largas entrevistas con él. Mi narración parte desde que vivía tan tranquilo en la finca del juez Miller. Pero luego, fui secuestrado y vendido por uno de sus trabajadores, desastroso jugador de la lotería china que necesitaba dinero para su familia y pagar deudas. Y partí obligado para el norte donde necesitaban mis músculos para trabajar vinculado a esta nueva febril ocupación de los humanos, de búsqueda de un metal amarillo. Advierto que la historia de mi vida tiene hechos y circunstancias muy duras. Ni yo mismo sabía de qué forma me podía transformar para sobrevivir. Pero léanla, porque vale la pena. Así entenderán por qué yo, Buck, muchas veces en las noches despejadas dirijo mi mirada hacia una estrella, estiro la cabeza y lloro con mi voz pero sin lágrimas, en este canto triste que me sale del alma. PD. Si te ha gustado esta reseña o la de cualquier usuario y decides premiarla con un like debes hacerlo en el corazón grande del lado derecho donde dice: ¿Te ha gustado esta reseña? O ante la duda en los dos.

Libro leído para un reto literario. Creo que es el típico libro que sabes que existe, has oído hablar de él pero que no está dentro de los libros que te llaman. Sin embargo, al final me acabó sorprendiendo. Si que es cierto que al principio no me estaba terminando de convencer, pero un poco antes de la mitad del libro me atrapó hasta que casi me lo terminé del tirón.Es un libro contado desde la perspectiva de Buck un perro que vive plácidamente en un rancho sin ninguna preocupación, pero que un día es robado y ahí empiezan sus “desventuras”. Es un libro que llega a conmover mucho, y en muchos pasajes tenía el corazón encogido por la crueldad con la que ciertas personas tratan a los perros (en este caso, pero extrapolable a los animales en general). Es una historia donde la codicia y el afán por el dinero hace que el ser humano sea egoísta y no piense si el animal puede soportar todo lo que le piden. Por otro lado, me ha parecido una historia de adaptación y, especialmente, superación. Como Buck es consciente de su situación y de lo que tiene que hacer para poder sobrevivir. Es realmente admirable. Si algo me ha gustado mucho es que el personaje principal sea un perro. Normalmente todas las historias que leo los protagonistas son humanos o criaturas humanoides, pero no recuerdo haber leído nada desde la perspectiva de un animal, metiéndonos en su cabeza y creo que el autor consigue crear una ambientación y unas escenas muy buenas.

Esta novela gira en contra de las manecillas del reloj. Sigue el camino inverso al de Colmillo blanco. El recorrido es de vuelta al pasado, al lugar de los ancestros donde se respiraba salvaje. A la misma tierra hostil donde se lucha por la supervivencia y por alcanzar una posición dominante. Desde la docilidad hasta erizar el pelo y enseñar los dientes. De la civilización al mundo irredento. Indómito.

Si sos de los que creen que este es un libro "para chicxs", te cuento que estás en un error. Esta novela es para todas las edades. Tal vez, por haberla leído luego de EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS (Conrad) no puedo dejar de sentir el mismo tema contado desde otra mirada y con otro estilo, pero el mismo tema: la ambición, la locura, la oscuridad y la fragilidad humanas. BUCK, nuestro protagonista, es un perro hogareño, cruza de collie con san bernardo que pasa sus días en la cálida california corriendo en el jardín e interactuando con sus dueños, hasta que -aproximadamente en la cuarta página- lo roban y ve "unas monedas [que] pasaban de una mano a otra": lo habían robado para la búsqueda de oro en Yucón (Canadá) El primer aprendizaje fue rápido: conoció la "ley del garrote y del colmillo". El aprendizaje de Buck no cesa en toda la novela. Y, si o vemos desde nuestra perspectiva, es un des-aprendizaje. Tal como lo que le ocurre a Kurtz en EL CORAZÓN... nuestro perro se adentra en la naturaleza salvaje y va dejando atrás las costumbres de la civilización, siguiendo la llamada de lo salvaje. El final, impacta. No porque no sea algo que uno va sospechando a medida que lee, sino por cómo se cuenta, por cómo lo señala la pluma de London. Si se les cruza por ahí, no dejen de leer esta novela maravillosa No van a arrepentirse.

Este libro a diferencia de “colmillo blanco” me pareció que avanzaba mas rápido, por lo que fue fácil adentrarme en la historia, y aun más fácil encariñarme con el protagonista. Amo las historias donde muestran lo cruel que puede ser el ser humano y lo fuertes y nobles que pueden llegar a ser los animalitos, y este libro me transmitió justo eso. Algo a destacar es el estilo narrativo del autor, y es que muestra una gran fluidez en cada uno de sus capítulos, lo que hace que avances rápidamente, no se entretiene con descripciones pesadas ni divaga sobre situaciones que no son relevantes a la trama, Jack London nos ofrece una novela clara, concisa y muy bien desarrollada. Algo que me parece obvio es que este libro sirvió de inspiración para la creación de “colmillo blanco” ya que la trama es DEMASIADO similar, pero sucediendo a la inversa, aunque en cuanto a fluidez me quedo con el llamado de lo salvaje, claro que admito que colmillo blanco me despertó más sentimientos. Así que, si son amantes de los libros protagonizados por animales, o historias que muestran lo hermoso que es nuestro planeta y su naturaleza, o si simplemente quieren llorar de emoción un rato este es el libro ideal. En resumen, un libro que ha envejecido increíblemente bien, y que no le pide nada a ninguna novela actual. Esa es mi opinión, pero como siempre digo, lean el libro y juzguen ustedes mismos. ♦SIGUEME EN MIS REDES SOCIALES: https://linktr.ee/cronicas.de.una.lectora ♦

Elemental para conocer los grandes clásicos y la grandiosa obra de Jack London. Libre y valiente novela del mejor autor clásico de aventuras.

Este es un relato que tiene para mí el significado especial de ser la primera obra más larga que un cuento que leí. La narración en primera "persona" nos cuenta como Buck, un perro doméstico, es arrebatado de su ocio dulce y cálido al trabajo salvaje de tirar de un trineo a la intemperie. Los cambios, tanto ambientales como introspectivos, van transformando a lo que fue una mascota en un verdadero animal salvaje, pero esa metamorfosis no está exenta del rescate de valores como la satisfacción del esfuerzo, el amor hacia el guía, la importancia del grupo sobre el individuo, el aprecio de la naturaleza (incluida la propia) y la voluntad de supervivencia. Ese es mi recuerdo después de casi 50 años de haberlo leído, pero hoy puedo agregar que es una excelente metáfora para los seres humanos "civilizados".

Jack London es un narrador como aquellos que se sientan con sus discípulos al abrigo de un fuego. Su prosa es muy intensa, cautivante. La llamada de lo salvaje exige leerlo de un tirón y sin apenas respirar. Una joya.