La leyenda del Santo Bebedor fue publicada por primera vez en 1939, pocos meses después de la muerte de Roth, exiliado en París, y puede ser considerada, por muchos motivos, su testamento, la parábola transparente y mistica.
El clochard Andreas Kartak es una suerte de alter ego del propio Roth: dipsómano y vagabundo (Roth vivió sus últimos tiempos escribiendo en cafés parisinos, saltando de un hotel a otro sin domicilio fijo y desperdiciando su dinero en el alcohol). Este clochard Andreas de pronto enfrenta una serie de "milagros" que le proporcionan un dinero que le fue esquivo, con la condición de que parte de ese milagroso dinero (200 francos) los restituyera a Teresita de Lisieux de la iglesia de Sainte Marie des Batignolles. A medida que Andreas recibe dinero, y lo pierde, de manera milagrosa vuelve a encontrar más dinero sin poder devolverlo porque finalmente el azar le compele a bebérselo o malgastarlo. Relato cuasi místico bellamente narrado, plagado de situaciones entre risibles y dramáticas. Donde podemos ver a un Roth al borde del derrumbe y con un capítulo final que de alguna manera vaticina su propia extinción.
De una abrumadora sencillez. No es necesario rebuscar. Sin trama, sin moralejas. Simplemente como si fuera una anécdota.
breve libro pero compensado con su enorme calidad, el personaje se ve inmerso en un cuento que no sabemos si es una fantasia o es real, finalmente son ambas cosas
LA LEYENDA DEL SANTO BEBEDOR JOSEPH ROTH Bueno.. muy recomendado y como ya conocía al autor me he ido a por él con los ojos cerrados. La leyenda del Santo bebedor es una obra maravillosa. Es un texto corto, muy bien escrito, acompañado de un estilo depurado y es también una muestra de la trayectoria en el tema de saber contar historias de su autor. Es conmovedor porque tiene algo de autobiográfico y resultó profético pues fue publicado poco después de su muerte. Me gustó mucho y no será lo último que lea que este escritor! Solo puedo añadir que he disfrutado enormenente con esta corta historia...todo lo que leo del autor me reafirma en que es un Grande de la Literatura. Me ha parecido cortísimo pero muy bien aprovechado... Seguiré leyendo a Joseph.
Porque simplemente era un milagro, y dentro del milagro no hay nada extraño.
Porque no hay nada a lo que más fácilmente se acostumbre una persona que a los milagros, cuando los ha conocido una, dos o tres veces.