Las dos obras que integran este libro son, sin duda, en la producción teatral del autor de El retrato de Dorían Gray, de las más significativas y definitorias.Se caracterizan por su brillante animación, fluidez en los diálogos, acción rápida, y una corriente subterránea de amarga conciencia de si. Esto último, abre la vía para una crítica del orden social y moral, que si bien otros concretaron más, en ninguno estuvo acompañada de la calidad que Wilde le imprime.