En las ciudades contemporáneas, la diversidad de intereses y de actores, su gran dimensión y complejidad, generan una gran competencia por la utilización del espacio público que exige una regulación del uso de este medio como canal de comunicación. También la exige la propia organización de la comunicación -sus contenidos, los lenguajes, los soportes y sus contextos espaciales- en la lógica de un sistema de información urbana.