LA HUELLA DE UNA CARTA

Abro este libro y me doy cuenta del terror que el ser humano con dinero, poder y codicia pueden infligir a la humanidad. La huella de una carta nos hace vivir un cambio en el rumbo de una historia que pudo ser más triste de lo que ya estaba siendo. Es duro enfrentarse al saber " que el mal se multiplica como hiedra venenosa" La huella de una carta es una historia desbordante de emociones y drama entre la ficción y la realidad. Rosario Raro nos expone a libro abierto el tema de la «Talidomina» * un pasaje cruel que no solo vivió y afecto a España sino también a otros paises y de cómo se evitó lo que pudo ser la última jugada Nazi. Un excelente trabajo de investigación por parte de la autora. * TALIDOMINA: Fue desarrollada por la compañía farmacéutica alemana Grümenthal GmbH, es un fármaco que fue comercializado entre los años 1957 y 1963 como sedante y como calmante de las náuseas durante los tres primeros meses de embarazo.

Este libro me conmovió, me entretuvo y me hizo investigar una realidad que desconocía

Una novela narrada de una forma excelente de la que destacaría la gran fuerza de los personajes, el meticuloso trabajo de documentación y el homenaje que se rinde a las víctimas de un medicamento que jamás debió salir al mercado: Talidomina Te engancha desde el principio y me ha gustado mucho la forma de escribir de esta autora, es lo primero que leo de ella y volveré a leerla.

Lo empecé a leer con mucho entusiasmo, pero eso me duró poco. Enseguida se me empezó a hacer cuesta arriba, y para cuando llegué a la mitad no podía creer la cantidad de hojas que todavía faltaban. La historia avanzaba, pero con mucha lentitud. Yo ya había perdido casi todo el interés, y no veía con qué podían llenarse todas las páginas que todavía me quedaban. Creo que el mayor problema es que el libro parece ser algo que no es, aparecen personajes nuevos con mucha frecuencia (incluso cerca del final), y aunque todos tienen una participación importante en la historia, en resumen todo el libro parece una excusa para denunciar, literariamente, un hecho real de salud pública en la España (y otros páises) de los años 50 cuyas consecuencias todavía se padecen. Lo que tiene de positivo en definitiva es eso, que pone a la focomelia en primer plano, denunciando los tejes y manejes de empresas y gobiernos corruptos más interesados en ganar dinero que en la salud de las personas. La autora realizó un grandísimo trabajo de investigación sobre el tema, y dona parte de las ganancias por la venta del libro a una organización que sigue luchando por las víctimas de esta enfermedad. Pero desde el punto de vista de la novela en sí, no me convenció para nada, y después de haber dejado el libro un par de días en pausa, terminé de leerlo más como un libro de divulgación científica que como una novela de ficción. Así de poco terminé interesándome por los personajes, pero en cambio sí me interesé por conocer más sobre la enfermedad y su oscuro origen. Lo que, siento, debe haber sido el interés principal de la escritora.