Puede que hayáis oído hablar de Sir Robert Redgauntlet, del señorío de Redgauntlet, que vivió en estas tierras hace ya mucho tiempo. Siempre se le recordará en la región; nuestros padres solían contener el aliento cuando oían su nombre. Ya estaba con los Highlanders en tiempos de Montrose y estuvo nuevamente en las colinas con Glencairn en el año de 1652; y cuando volvió el rey Carlos II ¿quién gozaba más de su favor sino el señor de Redgauntlet? Fue armado caballero en la corte de Londres por la propia espada del rey.
Laurie Lapraik, un viejo zorro que no carecía de dinero y que sabía perseguir con los perros y huir con la liebre, y que ea Whig o Tory, Santo o pecador, según soplasen los vientos. Era maestro en el arte de cambiar de ideas, según fuesen las del triunfador del momento